En 1865, una mujer madrileña llamada Fermina Orduña hizo historia al convertirse en la primera española en registrar una patente. Su invento, un carruaje para la conducción higiénica de burras, vacas y cabras de leche, fue una solución innovadora que mejoró la distribución de leche fresca en los pueblos. Este vehículo no solo transportaba los animales de manera segura y limpia, sino que también aseguraba que la leche llegara en óptimas condiciones higiénicas a los consumidores.
Fermina Orduña: Una Pionera en la Innovación
La patente de Fermina no era simplemente un carro, sino un sistema completo pensado para mantener la calidad de la leche. El carruaje incluía un establo con pienso seco para alimentar al ganado y una caldera para mantener la temperatura del agua, esencial para conservar la leche fresca durante más tiempo. Además, una campana en la parte superior del vehículo servía para avisar a los clientes de la llegada del vendedor de leche. Este invento representaba una mejora significativa en la manera en que se distribuía la leche en esa época, priorizando la higiene y la frescura del producto.
Lamentablemente, hay pocos datos específicos sobre la vida personal de Fermina Orduña más allá de su notable contribución como inventora. Se sabe que vivió en Madrid durante el siglo XIX y que el 20 de mayo de 1865, se convirtió en la primera mujer en registrar una patente en España. Su invento, un carruaje para la conducción higiénica de burras, vacas o cabras de leche, estaba diseñado para transportar al ganado lechero de manera rápida y limpia desde el ordeño hasta la venta, minimizando el tiempo de transporte y mejorando la higiene y la calidad de la leche.
El carruaje de Orduña incluía características innovadoras como un establo con pienso de grano seco para alimentar al ganado adecuadamente, una caldera para mantener la temperatura del agua y una campana para avisar a los clientes. Estos detalles reflejan una preocupación tanto por el bienestar animal como por la calidad del producto final.
En reconocimiento a su aporte, se han establecido los Premios Fermina Orduña a la Innovación Tecnológica por la Comunidad de Madrid. Estos premios se otorgan anualmente a personas que han impulsado significativamente la innovación tecnológica en el tejido productivo y empresarial de la región
Otras Pioneras en la Historia de las Patentes Españolas
Fermina no fue la única mujer que dejó su marca en la historia de las patentes en España. Antes que ella, en 1826, Francisca Jaquinet, una francesa afincada en Madrid, registró una “máquina de chimenea económica portátil” que atribuía a su difunto esposo. Aunque Francisca fue la primera mujer en registrar una patente en España, Fermina fue la primera española en hacerlo con un invento propio.
En 1889, Candelaria Pérez, una comerciante canaria viuda, obtuvo una patente por un mueble multifuncional que combinaba una cama, un tocador, un lavabo, una mesa de ajedrez, entre otros elementos. Este invento era un verdadero todo en uno para el hogar, mostrando la creatividad y la capacidad de las mujeres para innovar en diversos campos.
Contexto Histórico y Retos
Durante el siglo XIX, las mujeres enfrentaban numerosas barreras para registrar sus inventos. La sociedad de la época limitaba su acceso a la educación superior y las sometía legalmente a la autoridad de sus padres o maridos. Además, el costo de patentar un invento era elevado, equivalente al salario anual de un trabajador medio. A pesar de estas dificultades, algunas mujeres valientes y creativas lograron patentar sus ideas y contribuir al progreso tecnológico y social.
Legado de las Primeras Inventoras
El legado de estas pioneras ha sido reconocido en tiempos modernos. Los Premios Fermina Orduña a la Innovación Tecnológica, establecidos por la Comunidad de Madrid, honran a aquellos que han impulsado significativamente la innovación tecnológica. Estos premios no solo celebran el ingenio de Fermina, sino también el de todas las mujeres que, con su tesón y creatividad, dejaron su huella en la historia de la innovación.
Fermina Orduña y sus contemporáneas demostraron que, a pesar de las barreras, las mujeres podían ser grandes inventoras y contribuyeron de manera significativa al avance tecnológico de su época. Sus historias nos inspiran a seguir luchando por la igualdad de oportunidades en todos los campos.
Fuentes: