Los trabajos arqueológicos de este año, organizados por el Ayuntamiento de Riba-roja de Túria y el ICAC, han introducido una novedad con el uso de un detector de metales previo a las labores propias de excavación y estudio que han permitido el descubrimiento de estas importantes piezas sobre una extensión de 50 metros junto a la muralla del poblado, según ha informado el consistorio en un comunicado.
Este descubrimiento permitirá conocer mejor este poblado “único” en tierras valencianas, fundado en el año 550 por el rey Leovigildo y cuyas primeras hipótesis apuntan a la existencia de una ciudad, por lo que se espera encontrar “a medio plazo” edificios públicos, como una basílica.
Las monedas halladas pertenecen a diversas épocas históricas como la ibérica –siglo II–; la imperial –entre el año 0 y el 37–; el siglo IV; otra emisión de monedas diminutas de la época bárbara –siglo V y VI–; además de otras bizantinas acuñadas por Justiniano. La mayoría están en buen estado de conservación que, tras un proceso de estudio y recuperación, pasarán a formar parte del fondo histórico del museo del castillo de Riba-roja.
En cuanto a las monedas de bronce proceden de diversas ciudades importantes durante la época visigoda como Mérida, Toledo, Córdoba, Cartago y Lyon, y su hallazgo ha permitido corroborar algunas teorías como el uso de monedas en la época antigua, la existencia de monedas de cobre visigodas e incluso otras de origen bizantino de la antigua Cartago.
Por su parte, las dos monedas de oro halladas en las excavaciones fueron acuñadas con la inscripción del rey Leovigildo, el fundador del poblado visigodo de València la Vella, entre los años 565 y 578 en el caso de una y entre los años 570 y 590 la otra. Otros hallazgos de esta edición son un anillo visigodo y diversos fragmentos pertenecientes a figuras de bronce.
Hasta el momento se han ejecutado un total de cuatro sondeos estatigráficos consistentes en prospecciones arqueológicas sobre una extensión total de 4,8 hectáreas del total del que está formado el poblado visigodo de València la Vella.
Está previsto que, en futuras ediciones, se puedan continuar con las investigaciones sobre este enclave que ha permitido documentar que se construiría entre los años 550 y 700, con un carácter militar, basado en el centro fortificado que se construyó, originariamente, con las facetas defensiva y expansiva.
PARTE “MUY IMPORTANTE” DE LA HISTORIA DE LA LOCALIDAD
Las excavaciones, que han estado dirigidas por los profesores y arqueólogos Josep Maria Macias, Albert Ribera y Miquel Rosselló, han contado con 25 miembros participantes durante un total de 18 días, entre los que había estudiantes de Valencia, Cataluña, Sevilla, Córdoba y Madrid, además de otros países europeos como Italia e Inglaterra y también de Estados Unidos. También colabora la Diputación de Valencia y el Ayuntamiento de Valencia, además de otras entidades de estudio e investigación históricas.
El alcalde de Riba-roja de Túria, Robert Raga, ha destacado el “enorme esfuerzo” que año tras año desarrollan los tres arqueólogos que dirigen las excavaciones y los jóvenes que participan que permiten descubrir nuevos hallazgos de una parte “muy importante” de la historia de la localidad, con una civilización que “durante muchos años” estableció su asentamiento allí, por lo que continuarán con un “apoyo total” al proyecto.
De hecho, el Ayuntamiento de Riba-roja de Túria tiene previsto solicitar financiación al Servei Valencià de Formación y Empleo (Servef) para que en un futuro la investigación se pueda desarrollar con carácter permanente durante todo el año con la contratación de trabajadores y peones dirigidos y coordinados por los actuales arqueólogos de forma que se pueda desarrollar una investigación más exhaustiva sobre este enclave visigodo.