Cuando Alicia atravesó el espejo de… Chema Cardeña
Hay que celebrar que la Sala Russafa nos regale estas navidades una obra como ‘Alicia en Wonderland’. Parece que el genio de la Navidad tocó con entusiasmo a los componentes de la compañía Arden y, muy especialmente, al talento creativo de Chema Cardeña como director, autor y componente de una troupe de personajes (y de actores) tan bien dibujados en la propuesta que uno no sabe si tomarlo como un malicioso y divertido cuento de Navidad, una revisión posmoderna y subversiva del clásico de Lewis Carroll transportado a nuestros días o…, ambas cosas a la vez.
‘Alicia en Wonderland’ mantiene gran parte de las señas de identidad de su autor: el anverso y el reverso de un mismo tema (ya sea en una revisión histórica o actual); personajes femeninos que ocupan una importancia relevante en el universo que les toca vivir (recuerden ‘Revolución!’, ‘Matar al rey’ o la reciente ‘La puta enamorada’) ya sea a favor o en contra de sus propias decisiones; el juego de las apariencias y de los roles que se rompen en cuanto se hurga en ellos; la endeblez de la realidad consensuada; el gusto por el buen humor, la dualidad de los conceptos éticos y morales… Es decir, el espejo de Alicia forma parte del juego teatral y textual de Cardeña desde hace tiempo.
En esta ocasión, el laberíntico y surrealista mundo que visita el personaje no está tan alejado del universo social que recorre día a día el espectador. La sociedad que plantea Wonderland, a modo de farsa y metáfora, es tan real, descabellada e irónica como el que existe a la salida del teatro solo con la diferencia que la obra dura noventa minutos y la realidad cotidiana es algo más…, ¿prolongada?
Como ya hiciera en ‘Revolucion!’, Cardeña pone en pie un texto en el que la música en directo se complementa perfectamente con su relato, por Wonderland pasan The Beatles, Police, Lou Reed, Pink Floyd…, dando lugar a divertidas escenas y donde se agradecen las voces en vivo de los intérpretes de la función.
A destacar el buen hacer de los integrantes de la ‘Naipes Wonderland Band’ compuesta por David Capillos, José Montoro, Johnny B. Zero y Rebeca Ibáñez; su sonido es limpio y dan mucho juego a todo cuanto ocurre en el espacio escénico.
Hay que brindar, aprovechando las festividades, por el excelente elenco actoral de esta comedia coral y desenfrenada que pone todo su buen hacer al servicio de un juego que atrapa al público desde el primer momento.
No cabe duda que el acertado trabajo de cada integrante fortalece el de su compañero de escena dando lugar a una complicidad visible y perceptible desde la butaca. Iria Márquez sabe dar vida y forma a una Alicia carga de títulos y máster en un mundo donde nada de eso vale, su papel se nos hace próximo y disparatado. Toni Aparisi, como Gato; Darío Torrent, como el Sheriff Liebre; José Doménech, como El sombrerero y Juanjo Benavent, como el Botones Lirón, participan con brillantez en sus papeles y da gusto comprobar cómo se divierten componiendo sus personajes y aportan sus tablas a tan peculiar metáfora.
A destacar el oficio, los recursos y el gran trabajo de Cardeña, como el Sr. Azul; Juan Carlos Garés, como el Sr. Blanco y la siempre excelente presencia de Rosa López (hay que oírla decir aquello de ‘¡Que le corten la melena!’, ¡Que le corten la cabeza!’o ¡Se me van las tijeras’!), quien además de realizar un doble papel encarna con sobrada solvencia a la Reina Roja.
Penetrar en el mundo de ‘Alicia en Wonderland’ es adentrarse en el mejor modelo de comedia musical donde florece la reflexión y la diversión y…, si eso fuera poco hablamos de una compañía valenciana e intérpretes, de primer orden, que trabajan aquí y desarrollan su labor profesional aquí, ¿acaso no es motivo para compartir y para celebrar tal hecho?
Atraviesen el espejo propuesto por la Sala Russafa, tiene tiempo hasta el 11 de enero, les aseguro que repetirán la experiencia y la recomendarán. El Wonderland de Alicia atrapa.
El Péndulo de VLCNoticias/Jimmy Entraigües/Fotos-Juan Terol