El Péndulo | Jimmy Entraigües.- El pasado sábado, La Beneficència albergó uno de los espectáculos musicales más originales y sensibles de la escena valenciana. Su nombre: ‘Concierto sentido’. Sus creadoras y artífices: Las Reinas Magas.
Con imaginación, talento y mucha creatividad, María José María Perís, Silvia Rico, Ana Conca y Arantzazu Pastor no solo dotaron al show de un excelente repertorio de canciones (por allí sonó ‘Across the universe’, ‘Moonriver’, ‘La chica de Ipanema’…), con un coral y estupendo juego vocal, sino que situaron a los espectadores en el corazón mismo del concierto invitándolos a ‘sentir’, en un juego sensorial, emocional y casi chamánico, el efecto que producen las vibraciones de la voz humana al cantar, mientras tocan (o abrazan, según se den las circunstancias) a los asistentes.
A modo de terapia emocional y dérmica (Epicuro se lo pasaría en grande aquí), Las Reinas Magas generan un espacio afable y amoroso entre el público y ellas a lo largo de una veintena de canciones, lo que hace que la atmósfera del espectáculo adquiera una complicidad extra al situar su desarrollo fuera del escenario.
Basta decir que la distribución de los espectadores, con tres largas mesas dispuestas en paralelo con sus respectivas sillas, sugiere algún deleite gustativo. A modo de herradura tres hilas de sillas envuelven las mesas. Ordenados los invitados al concierto, las Magas comienzan sus encantos sensitivos paseando entre las mesas regalando flores mientras cantan, a partir de ahí ‘Concierto sentido’ da inicio a su ritual.
Ya con el público entregado y rendido a la propuesta, las Magas proponen algo más: saborear pequeños trozos de melón y sandía mientras se disfruta del espectáculo. Así que, como buenas anfitrionas, ellas mismas distribuyen con bandejas las frutas mientras cantan y charlan con el público.
Los 75 minutos del espectáculo se hacen cortos y al acabar el show uno sabe que ha vivido un pequeña y hermosa experiencia sensorial al son (y al gusto) de cuatro artistas que embelesaron al público con sus talentos y sus encantos. Por algo son Las Reinas Magas.
No sería justo no mencionar a otras dos ‘magas’ que hacen que la música se convierta en una parte fundamental del ritual: Ursula Segarra, al arpa y Rosa Sánchez al acordeón (hay otra Maga que es Marta Chiner y cuyo espíritu también se dejó sentir). Todas ellas son un eficaz antídoto contra la tristeza, la melancolía y la mala onda.
Si estas mujeres vuelven a invocar el sortilegio de espectáculo, no lo duden y acudan raudos, sus almas se lo agradecerán.