Estrenó el teatro Talía ‘Jugadores’, una pieza escrita y dirigida por Pau Miró que ya había logrado un notable éxito tanto en su versión catalana, se hizo en el Lliure, como en su versión castellana en los Teatros del Canal. Sus cuatro intérpretes ya representan un potente reclamo para la obra por sus conocidas trayectorias cinematográficas, televisivas y escénicas: Jesús Castejón, Miguel Rellán, Ginés García Millán y Luis Bermejo. Un cuarteto importante que augura aplausos y una larga gira para ‘Jugadores’.
El texto se presenta desnudo de artificios, va al grano de forma directa y cruda. Cuatro amigos se reúnen en el piso de un profesor de matemáticas a jugar su habitual partida de póquer y en el espacio de la cocina (el micromundo que actúa como altavoz del mundo exterior e interior de los personajes), se articula el laboratorio dramático donde cada uno hará estallar sus miserias y sus fantasmas.
Personajes sin nombres, solo conoceremos sus oficios, la historia atrapa a un enterrador, a un actor fracasado (cleptómano además), a un barbero y al ya mencionado profesor en el tránsito de edades en donde la madurez se inclina la ancianidad y los sueños, las ilusiones y un supuesto futuro más que prometedor quedó perdido por el camino.
Los cuatro amigos mostrarán sus miserias y el aire gris que rodea sus vidas. Culpas propias y ajenas saldrán a relucir en cada encuentro y la tensión dramática vendrá expuesta por las confesiones y las verdades escupidas a la cara entre cada uno de ellos.
¿Cómo salir de un enfrentamiento a cuatro bandas donde las cartas son reproches, culpas y aceptaciones? Introducir un elemento externo que habilite que los cuatro amigos se demuestren, así mismo y al resto, que después de todo no son tan mediocres y que pueden hacer algo que los reconforte como sus maltrechas vidas: robar un banco.
La estructura que maneja Pau Miró en sus ‘Jugadores’ habilitaba la idea de sumergirse un mundo textual y dramático cercano al del americano David Mamet (‘Glengarry Glen Ross’, American Buffalo’ o ‘el viejo barrio’) o el británico David Hare (‘A cielo abierto’, ‘La hora vertical’ o ‘Vista de Amy’) pero su decisión apuntó más a la epidermis de sus personajes en donde juega más la interpretación, en ocasiones más neutra que intensa, que el valor textual y dramatúrgico de su creación.
Abordan con ganas sus roles Jesús Castejón, Miguel Rellán, Ginés García Millán y Luis Bermejo aún a pesar de la carencia de nombre en sus personajes. Decía Jerzy Grotowski que todo personaje necesita un nombre ya que al no tenerlo su composición debía ser superlativa.
Gana enteros ‘Jugadores’ en sus transiciones fragmentadas, fundidos a negro de apenas unos segundos, a modo de narrativa continua y en progreso que ayudan al espectador a estar pendiente de las escenas y las acciones. Y si bien la escenografía, el microespacio de la cocina, aporta su frialdad al mundo de sus protagonistas, se agradece que los personajes ‘lo rompan’ como un deseo de desvinculación al mundo que los rodea y sujeta.
El Péndulo de VLCNoticias/Jimmy Entraigües