La máxima autoridad política de la ex colonia británica, cuya renuncia piden los prodemocracia al considerarlo una marioneta de Pekín, expresó la determinación de las autoridades para “tomar todas las medidas necesarias para restablecer el orden público”.
“Hay que permitir a los siete millones de habitantes de Hong Kong que retomen una vida y una actividad normales” afirmó, en momentos en que profesores de universidad le pidieron a los estudiantes -punta de lanza del movimiento- que retornen a sus casas para evitar enfrentamientos con la Policía.
Este domingo solamente algunos centenares de personas estaban presentes en Admiralty, cerca de la sede del poder local, un lugar convertido en el punto estratégico de la manifestación, que se ha endurecido en la última semana.
Ahora queda por saber si quienes han retornado a sus casas lo hacen temporalmente para recuperar fuerzas, o si han escuchado y acatado el mensaje de las autoridades.
Mientras tanto, los estudiantes que ocuparon la zona ante la sede de gobierno de Hong Kong accedieron a retirar algunas de las barricadas que han bloqueado el acceso al edificio durante la semana de protestas pro-democracia.
Las imágenes de televisión mostraron a un representante de los manifestantes estrechando la mano de un agente de policía.
Sin embargo, todavía no está claro si todos los estudiantes han decidido retirarse del lugar y la noticia parecía formar parte de una estrategia para reagruparse en otra zona de la ciudad.
El sábado, decenas de miles de personas se congregaron en Admiralty para denunciar laviolencia padecida por ellos por parte de habitantes hartos de la paralización de la ciudad, a los que se suman militantes pro-Pekín.
Hong Kong, antigua colonia británica, atraviesa su peor crisis política desde la entrega de su territorio a China, en 1997.
El gigante asiático aceptó instaurar el sufragio universal para la próxima elección del jefe del ejecutivo en 2017, pero pretende conservar el control de las candidaturas, una propuestainaceptable para los manifestantes que han bajado masivamente a protestar a las calles desde el28 de septiembre.
China teme que el movimiento se extienda, y lo ha criticado calificándolo de “ilegal” y acusando a sus promotores de crear un “clima hostil”.
Los líderes estudiantiles habían renunciado a dialogar con el Gobierno, pero luego indicaron que sepodrían llevar a cabo negociaciones, aunque bajo ciertas condiciones.
Fuente AFP-AP