El acusado, de 53 años, fue condenado en 2004 por transportar 13 kg de cocaína en un planeador. El país asiático posee una de las legislaciones más severas en materia de narcotráfico del mundo
Un brasileño condenado a muerte en Indonesia por ingresar al país 13 kg de cocaína hace 10 años será ejecutado este fin de semana, informó el jueves el diario Folha de San Paulo.
Marco Archer Cardoso Moreira, de 53 años, fue condenado en 2004, después de que intentó ingresar a Indonesia con la droga escondida en los tubos de un ala delta o planeador.
“Esto enviará un mensaje a los miembros de grupos narcotraficantes, no hay piedad para los vendedores y traficantes de drogas”, dijo el fiscal general de Indonesia a periodistas.
“ESTO ENVIARÁ UN MENSAJE A LOS MIEMBROS DE GRUPOS NARCOTRAFICANTES, NO HAY PIEDAD PARA LOS VENDEDORES Y TRAFICANTES DE DROGAS”
El brasileño será ejecutado junto a otros cinco condenados de Malawi, Vietnam, Nigeria e Indonesia. Son los primeros fusilados bajo el gobierno del presidente Joko Widodo.
Widowo, que llegó a la presidencia en octubre, ha insistido en que no habrá perdón para los condenados por delitos de drogas, decepcionando a los activistas que esperaban que el líder reformista suavizara la aplicación de la pena de muerte.
El Ministerio de Relaciones Exteriores dijo que el gobierno de Dilma Rousseff “continúa movilizado, acompañando de cerca el caso y evalúa todas las posibilidades de acción”, pero aclaró que mantendrá reserva sobre las decisiones oficiales.
Folha también indicó que Rousseff ha intentado comunicarse con el presidente Widodo, pero que hasta ahora no obtuvo respuesta.
Según el diario, Moreira fue trasladado de una prisión a 400 km de Yakarta a otra unidad penitenciaria donde se prepara su fusilamiento. Su abogado, Utomo Karim, dijo que su cliente se encuentra en “estado de shock”.
“Se quedó muy asustado al ser trasladado de su celda, pensó que sería ejecutado inmediatamente”, relató a Folha. El gobierno de Indonesia negó en dos ocasiones el pedido de clemencia del brasileño, el último en diciembre de 2014.
“SE QUEDÓ MUY ASUSTADO AL SER TRASLADADO DE SU CELDA, PENSÓ QUE SERÍA EJECUTADO INMEDIATAMENTE”
Rodrigo Gularte, de 42 años, es otro brasileño que aguarda su ejecución por tráfico de drogas en ese país, indicó Folha.
La legislación indonesia en materia de narcotráfico es una de las más severas del mundo. Se trata de un delito castigado con la pena de muerte o la prisión perpetua, que goza de gran aceptación popular en el país. En 2008, Yakarta suspendió las ejecuciones durante cinco años, pero las retomó en 2013.
Al asumir su cargo el pasado octubre, Widodo insistió en que no habrá perdón para los condenados por narcotráfico, desilusionando a los activistas que esperaban de él una postura más flexible sobre la pena capital.
Según la ONG Amnistía Internacional, en 2013 hubo 778 ejecuciones en el mundo (sin contar China), de las cuales cinco ocurrieron en Indonesia.