Manuel J. Ibáñez Ferriol
Periodista y escritor
Tradicionalmente, el día 1 de enero, el primero del año, la Iglesia celebra la festividad de Santa María Madre de Dios desde que SS. Pablo VI, lo instituyera en 1968. Bajo esta denominación, englobamos otra, que parte del mismo tronco: el Emmanuel, es decir “Dios entre nosotros”, indicando que ésta es la mayor bendición de que pueden gozar quienes tienen la fortuna de vivir con él. Un nombre, ciertamente, al que es difícil añadirle más belleza y grandeza. Manuel y Manuela (familiar, Manolo y Manola) abundan tanto en Andalucía, porque así bautizaban allí a sus hijos e hijas muchos de los moros y judíos conversos, como en la Corona de Aragón –en el Reino de Valencia-, para manifestar de forma pública el testimonio sincero de su conversión. Fue la integración de moros y judíos lo que dio al nombre de Manuel la importancia y la extensión que tiene.
En cualquiera de sus formas al nombre de Jesús y al de Manuel se le asigna un poder como a ningún otro. Un nombre que además de su fuerza intrínseca tiene el sudor y el dolor y la resistencia y el ingenio con que se labró.
Llamarse Manuel es llevar el nombre más trabajado de todos, signo y presagio de fortaleza y resistencia. No es un homenaje al que suscribe, sino una introducción, que quiero completar con unas palabras de SS. Pablo VI: La Paz se funda subjetivamente sobre un nuevo espíritu que debe animar la convivencia de los Pueblos una nueva mentalidad acerca del hombre, de sus deberes y sus destinos. Largo camino es aún necesario para hacer universal y activa esta mentalidad; una nueva pedagogía debe educar las nuevas generaciones en el mutuo respeto de las Naciones, en la hermandad de los Pueblos, en la colaboración de las gentes entre sí y también respecto a su progreso y desarrollo. La paz no puede estar basada sobre una falsa retórica de palabras, bien recibidas porque responden a las profundas y genuinas aspiraciones de los hombres, pero que pueden también servir y han servido a veces, por desgracia, para esconder el vacío del verdadero espíritu y de reales intenciones de paz, si no directamente para cubrir sentimientos y acciones de prepotencia o intereses de parte. Ni se puede hablar legítimamente de paz, donde no se reconocen y no se respetan los sólidos fundamentos de la paz: la sinceridad, es decir, la justicia y el amor en las relaciones entre los Estados y, en el ámbito de cada una de las Naciones, de los ciudadanos entre sí y con sus gobernantes; la libertad de los individuos y de los pueblos, en todas sus expresiones. cívicas, culturales, morales, religiosas; de otro modo no se tendrá la paz —aun cuando la opresión sea capaz de crear un aspecto exterior de orden y de legalidad—, sino el brotar continuo e insofocable de revueltas y de guerras.
Si te paseas por el recinto ferial de Feria Valencia, dentro de la Gran Feria de la Juventud, denominada Expojove, encontramos todo tipo de actividades, encaminadas al fomento de la Paz y la Convivencia entre cada uno de los miembros de la sociedad. Repasar la hemeroteca, no siempre agrada a los partidos “sandía” –es decir esos que son verdes por fuera y rojos por dentro-, porque el archivo no miente. Expojove nació de un gobierno municipal de “izquierdas”, el cual no le hizo ascos a que en sus años esplendorosos, estuvieran representados los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado –Guardia Civil, Policía Nacional y Policía Local-, además de una nutrida representación del Ejército Español, el cual, enseñaba técnicas y tácticas de defensa, cosa que en cualquier país civilizado, los niños aprenden desde la infancia.
El espíritu aventurero de los chavales era algo que se dejaba sentir, en una feria, dónde también estaban presentes Protección Civil, Cruz Roja y Cruz Roja del Mar, los Bomberos, el Centro de Transfusiones, y un largo etcétera de entidades, que daban sus mejores enseñanzas en aras de una mejor convivencia y conciencia social. Los Cuerpos de Seguridad del Estado, exhibían su material –recuerdo las pistolas, lanzallamas, rifles, escudos, esposas, vehículos, etc.- no para darse importancia –que la tienen-, sino para que el ciudadano tuviera la tranquilidad de tener uno de los mejores Cuerpos del Mundo –a pesar de que no siempre son valorados- en la lucha contra el crimen y la delincuencia.
Al parecer el “reino de los partidos sandía” –vamos, el melonar habitual-, no debían de visitar Expojove, en los años en que, eran los organizadores. Y hoy, una vez inaugurada y vuelta a inaugurar la Feria –ocurrió el día 26 de Diciembre-, salen con la idea de que “en aras del pacifismo y la convivencia, se debe retirar el material antidisturbios, porque atenta contra las libertades …”. Debe ser, porque no les gusta ver el material con el que les arrean, cuando realizan ciertas algaradas callejeras, que trastocan la paz y el orden ciudadano. Es democrático y no atenta a las libertades, hacer pintadas en los monumentos valencianos, cuando no nos sale la jugada bien; no atenta tampoco contra las libertades, la destrucción de lunas y escaparates de comercios y entidades financieras, cuando se hace una “huelga salvaje”, movida por la corte de las sandías; eso si, presumen de pacifismo. Y me vuelvo a remitir a un documento de SS. Pablo VI: La paz no puede estar basada sobre una falsa retórica de palabras, bien recibidas porque responden a las profundas y genuinas aspiraciones de los hombres…
Yo desde la columna que me acoge, quiero felicitar a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y al Ejército Español, por ser los auténticos garantes de la Paz. Su labor callada y silenciosa, nos convierte a cada uno de nosotros, en auténticos admiradores de una labor, que la sociedad desconoce.
Iniciamos el Nuevo Año, con algunos contratiempos políticos, que vienen del pasado. Y hago referencia al Movimiento Nacionalista Catalán –y puede que el Vasco no tarde mucho-, en su afán independentista. Queremos fracturar el conjunto del Estado, construido desde hace ya más de 500 años, con una serie de propuestas independentistas, más propias del siglo XIX, que del XXI. En vez de seguir por la senda del avance, ahora queremos retroceder en el proceso histórico –sin retoques ni apaños partidistas y sediciosos- del Estado más antiguo de Europa. Cito: En necesario siempre hablar de Paz. Es necesario educar al mundo para que ame la Paz, la construya y la defienda; contra las premisas de la guerra que renacen (emulaciones nacionalistas, armamentos, provocaciones revolucionarias, odio de razas, espíritu de venganza, etc.) y contra las insidias de una táctica de pacifismo que adormece al adversario o debilita en los espíritus el sentido de la justicia, del deber y del sacrificio, es preciso suscitar en los hombres de nuestro tiempo y de las generaciones futuras el sentido y el amor de la Paz fundada sobre la verdad, sobre la justicia, sobre la libertad, sobre el amor. (cfr. Juan XXIII, Pacem in terris).
Recomiendo la lectura de ésta “Gran Encíclica”, de un Papa, que va camino de los altares. Creo que será por algo. Como “ciudadano de España”, me voy a seguir oponiendo, con firmeza, a la ruptura de un Estado, solo por el capricho de romper el orden Constitucional establecido, que nos otorgamos todos los españoles.
Y termino. Deseo que el Nuevo Año, sea venturoso para todos. Si es posible, que los partidarios del “melonar”, se tranquilicen un tanto, y sepan vivir en democracia y libertad. Sigamos con el camino de la PAZ, pero no solo el día 1 de Enero, sino los 364 restantes. Tratemos, por tanto, de inaugurar el año de gracia 2014, orando por la Paz; todos, posiblemente juntos en nuestras Iglesias y en nuestras casas; es lo que por ahora os pedimos; que no falte la voz de nadie en el gran coro de la Iglesia y del mundo que invoca de Cristo, inmolado por nosotros, dona nobis pacem.