Más de 200 personas, la mayoría profesionales de los medios de comunicación en activo o parados, se han concentrado este jueves en la plaza del Patriarca de Valencia en defensa de un periodismo “veraz, riguroso y libre de presiones y servidumbres políticas y económicas”, en el acto reivindicativo convocado por la Unió de Periodistes Valencians de forma simultánea a los organizados en toda España con motivo del Día Mundial de la Libertad de Prensa convocados por la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE)
Desde el comienzo de la crisis, en España han sido despedidos 7.000 periodistas y, de ellos, “en torno a 500 o 600” en la Comunitat Valenciana, según el presidente de la Unió de Periodistes Valencians, Ximo Clemente, quien ha precisado que la cifra de despidos de gente vinculada a los medios de comunicación “puede ser mucho más elevada y que probablemente se va a quedar muy corta si finalmente el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) de Radio Televisión Valenciana (RTVV) se pone en marcha”.
En declaraciones a los periodistas tras la concentración, Clemente ha alertado de que ese dato “es preocupante porque precariza el trabajo de los periodistas, precariza las redacciones y, por tanto, precariza directamente algo fundamental para una sociedad democrática como es el derecho de los ciudadanos a tener información. Sin periodistas no hay periodismo y sin periodismo, no hay una sociedad democráticamente informada un hecho que constituye un problema que afecta a toda la sociedad, no sólo a los periodistas y no sólo a los medios de comunicación”.
Al acto han asistido, entre otros, representantes políticos, como el secretario general del PSPV, Ximo Puig, quien también es periodista; el portavoz del grupo socialista en el Ayuntamiento de Valencia, Joan Calabuig; la edil de Compromís, Pilar Soriano; la coordinadora de EU, Marga Sanz, y otros y sindicales,
Durante el acto, ha leído un manifiesto acerca de los motivos para secundar la convocatoria que apela en primer lugar al deber de los periodistas de elaborar “información veraz, rigurosa, contrastada y contextualizada” sin limitarse “simplemente a llenar vacíos en los medios de comunicación”.
Ese decálogo reivindica que “no se pueden aceptar ruedas de prensa sin preguntas” y que se ha de “acabar, de una vez por todas, con la estrategia de negar explicaciones a los ciudadanos”.
“No queremos ser meros distribuidores de información elaborada por los poderes políticos, económicos, culturales, deportivos y de cualquier otro sector”, sostienen los periodistas, quienes defienden una profesión “libre de presiones y servidumbres políticas y económicas” que les devuelva su “credibilidad” ante la ciudadanía.
Los periodistas reclaman asimismo una “retribución digna” por su trabajo y se oponen a que “puestos estructurales de las redacciones sean ocupados por becarios” y a la consiguiente “desaparición de las redacciones de los periodistas experimentados, a los que se reemplaza con contratos de salarios indignos”.