Con ocasión de acudir a un acto celebrado en Madrid el 11 de enero, paseando en los ratos perdidos, entro en mi retina una imagen que creo que no olvidaré nunca. No saqué ninguna instantánea no sé porque, creo que porque me sentí avergonzado.
Viví la transición de una dictadura a un sistema democrático, la llamada “transición española”, con la esperanza de que –sin tener ni zorra idea de política– el sistema democrático restablecido seguiría avanzando con el paso de los años, intentando evitar las batallas de sables que por aquella época sonaban tanto.
Pues 35 años después, sigo viviendo aquel escenario de transición. Que han hecho nuestros representantes políticos en los cuales hemos confiado el rumbo de nuestro país? Nada. Simplemente se han limitado a mantenerse en el poder establecido con la excusa de la democracia representativa, y con el poder que supuestamente les otorgaban las urnas.
Pienso encarecidamente de que los miembros del Congreso de entonces no querían este escenario de estancamiento. Creo que aquellos políticos disponían de una voluntad más sólida y esperanzadora sobre la reconstrucción de un país como el nuestro, que recogieron el guante de los padres de la Constitución que parece sí que hicieron sus deberes –estoy convencido de ello– cosa que en la actualidad, nuestros representantes cuando no “hacen novillos” se duermen; cuando no “se duermen” se marchan; y cuando no son capaces de solucionar problemas simplemente la “lían parda”!
Des pues de este recorrido, nos han construido una “democracia a su medida”, una democracia para que los partidos tradicionalistas, sean de carácter nacional o autonómico sigan ejerciendo su poder sin oposición alguna. Un pacto entre sinvergüenzas?
Los españoles y españoles confiaron en el buen criterio de todos nuestros representantes políticos para que desarrollaran un “democracia”, pero no para ellos, para con su pueblo. Ahora ante el fracaso de la “representatividad” parece que les toca a los ciudadanos y ciudadanas tomar dicha representatividad para sí mismos, al menos intentarlo. Los ciudadanos y ciudadanas quieren “participación”, algo a lo que ningún partido de los que han gobernado y piensan gobernar no quieren darles.
Se les delegó a los representantes políticos elegidos una tarea, tan solo han sido capaces de seguir con más de lo mismo, tratando de “perpetuarse en el poder”. Tocará pues hacer “política” a los ciudadanos y ciudadanas. Las formas de participación serán diferentes, simplemente porque el escenario es diferente, y se han dado cuenta de ello, como también lo saben los actuales representantes, aunque mejor ignorar nuevos escenarios, no vaya a ser que no salgan ya en la foto.
Y volvemos al principio. La foto de la vergüenza. Me avergüenza ver un Congreso de Diputados rodeado de vallas; me avergüenza ver a los diputados durmiendo en las bancadas; me avergüenza ver a los diputados en desbandada del hemiciclo; me avergüenza ver que tras las pasadas de rodillo de apisonadora que utiliza el actual gobierno, sigan ahí sentados y no les hagan un plante generalizado.
Saben una cosa, me avergüenzo de haberles permitido tanta tolerancia para estar impasible viendo como recorte tras recorte, el actual gobierno, y ustedes los restantes del Congreso se “mofan del pueblo” permitiendo que muchos pasen “hambre” y pierdan sus “hogares” por no tener un trabajo, o porque los salarios están por los suelos.
Hay dos fotos, la imagen del Congreso con vallas, y la otra, ustedes a los cuales es preferible ignorarles ya por completo. No quiero tenerles en la foto. Esta foto, es prestada. No me atreví a sacarla, me dio vergüenza!