El Arzobispado de Valencia y la Fundación Hortensia Herrero han firmado esta mañana un acuerdo para acometer próximamente la restauración de las pinturas murales y esculturas de la nave central de la iglesia de San Pedro Mártir y San Nicolás Obispo de Valencia, “que datan del siglo XVII y presentan un preocupante deterioro en todo su conjunto”, según indicaron ayer, 19 de diciembre, a la agencia AVAN fuentes de la fundación valenciana.
Las obras, que desarrollará la Universitat Politècnica de València (UPV), comenzarán la primera semana de enero y tendrán una duración de 20 meses.
La intervención, en la que asesorará el director de la última restauración que se llevó a cabo en la Capilla Sixtina del Vaticano, Gianluigi Colalucci, abarcará las pinturas al fresco de la nave central, diseñadas por Antonio Palomino y realizadas entre 1694 y 1701 por su discípulo Dionís Vidal. Estas pinturas, que recubrieron las bóvedas góticas, muestran escenas de la vida de San Nicolás de Bari y de San Pedro mártir de Verona, junto con distintas alegorías.
En la firma del acuerdo han participado, además del arzobispo de Valencia, monseñor Carlos Osoro, y de la presidenta de la Fundación, Hortensia Herrero Chacón, el rector de la Universidad Politécnica de Valencia, Francisco Mora, y el párroco de San Nicolás, Antonio Corbí.
Una superficie pictórica de 1.900 metros cuadrados
La Universitat Politècnica de València se encargará de llevar a cabo los trabajos, que “suponen la conservación de uno de los bienes de mayor interés artístico y cultural de la Comunitat Valenciana”. Será un equipo de especialistas del Departamento de Conservación y Restauración de Bienes Culturales, dirigidos por la catedrática Pilar Roig, quien llevará a cabo la intervención. El templo, de estructura gótica del siglo XV y decoración barroca del siglo XVII, fue declarado Monumento Histórico Artístico Nacional en 1981.
Los trabajos comenzaron hace meses con un estudio previo que analizaba el estado de conservación de los frescos y del resto de la ornamentación de la nave de la iglesia. En este documento, los especialistas apuntaron un “preocupante deterioro en todo su conjunto”. En concreto, “las pinturas, que datan de finales del siglo XVII, sufrían un oscurecimiento generalizado de toda la superficie, tenían parte de su policromía alterada, zonas blanquecinas y manchas irregulares”, han añadido las mismas fuentes.
Para confirmar este diagnóstico, el equipo de restauradores ha llevado a cabo, además, una serie de pruebas de limpieza. Estas catas han permitido “evaluar las posibilidades técnicas de las limpiezas y la eliminación de sedimientos (polvo, hollín y sales, principalmente)”. Las conclusiones apuntan “a que los trabajos serán complejos, graduales y selectivos”, señala el informe. En total, son más de 1.900 metros cuadrados de superficie pictórica distribuida en arcos, lunetos, pilastras, bóveda y atrio que presentan todo tipo de problemas: abolsamientos, pérdidas de cohesión, faltantes, repintes…
Propuesta de intervención
Con todo ello, el estudio propone una intervención centrada en cuatro procesos: la consolidación del soporte y del estrato pictórico (sellado de grietas y fisuras, micro-anclajes, y aplicación de aglomerante); las limpiezas (eliminación de polvo, materiales adheridos, y sales insol ubles); el tratamientos de lagunas y la reintegración estética (reconstrucción volumétrica en tallas y ángeles, reintegración de lagunas en pintura y estucos), y los trabajos de apoyo (seguimiento y control de la restauración).
Cerca de 30 personas del Instituto Universitario de Restauración del Patrimonio de la UPV componen el equipo interdisciplinar que participará en este proyecto, cuyo presupuesto asciende a cerca de un millón de euros.
Junto al proceso de restauración pictórica se llevará a cabo el fortalecimiento arquitectónico del templo en los puntos de cubiertas, estructura y algunas partes de los exteriores de la iglesia. Estas obras, dirigidas por el arquitecto Carlos Campos, correrán a cargo de la empresa EMR (Estudio Métodos de la Restauración).
Ambas actuaciones suponen la segunda fase de una restauración general en la parroquia de San Nicolás que arrancó en 2012, cuando se rehabilitaron las fachadas neogótica y la de la Capilla de la Comunión (de estilo barroco) y se restauraron las vidrieras del templo.
Fundación Hortensia Herrero
La Fundación Hortensia Herrero impulsó el año pasado otras dos “importantes actuaciones” en la ciudad de Valencia: las rehabilitaciones de la iglesia de San Pedro Mártir y San Nicolás Obispo y la de la ermita de Santa Lucía. Además, hace unos meses anunció la restauración de la Virgen de los Desamparados y del Camarín de la Basílica.
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