(Damasco/Ginebra/UNICEF) El conflicto que sigue adelante y el cierre reciente de algunas escuelas en Raqqa y Deir-ez-Zour y en zonas rurales de Aleppo en Siria, puede haber interrumpido la educación de 670.000 niños en edades de enseñanza primaria y primeros cursos de secundaria.
“Aparte de la falta de acceso a la escuela, los ataques a escuelas, a profesores y a estudiantes son recordatorios horribles del terrible precio que los niños de Siria están pagando en esta crisis que ya se acerca a su quinto año”, dijo Hanaa Singer, representante de UNICEF en Siria.
“El acceso a la enseñanza es un derecho que debería ser sostenible para todos los niños, sin importar donde viven o lo difíciles que puedan ser las circunstancias. Las escuelas son los únicos lugares de estabilidad, estructura y rutina que los niños de Siria necesitan más que nunca en estos tiempos de este conflicto horroroso”.
Aun estando pendientes los informes del alcance exacto de los actuales cierres de escuelas, entre enero y diciembre de 2014 se produjeron al menos 68 ataques a escuelas en Siria, según los datos de los que dispone UNICEF. Estos ataques asesinaron e hirieron a cientos de niños. Las cifras reales serán más altas, y hay indicios de que algunos ataques pueden haber sido deliberados.
“Las escuelas deberían ser respectadas como zonas de paz y refugios seguros para los niños, en los que pueden aprender sin temor a la muerte o a ser herido,” dijo Singer.
“UNICEF ha hecho reiterados llamamientos a todas las partes para que reafirmen su responsabilidad de proteger del conflicto a los niños, las escuelas, y otras infraestructuras civiles. Es un llamamiento que repetimos incluso con mayor urgencia cuando comienza un nuevo año con los niños de Siria afrontando las amenazas más terribles para su seguridad, su bienestar y su educación”.
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