LoAlto: Un Territorio Perenne para la Creación de Nuevos Vinos
En lo alto de una colina antigua, rodeada de viñedos, almendros, bosques de pinos y carrascas, se ubica la tradicional Casa Lo Alto. Durante el día, águilas reales y perdiceras sobrevuelan la finca, mientras que en la noche un búho chico mantiene la paz del lugar. Esta casa, situada a una altitud de aproximadamente 750 metros, es el epicentro de una finca conservada para elaborar vinos que capturan la esencia del paisaje circundante.
Desde que Bodegas Murviedro, parte del Grupo Schenk, adquirió este terreno en 2017, la finca ha evolucionado hacia la sostenibilidad y la preservación del medio ambiente. Este enclave de 150 hectáreas, de las cuales 60 son dedicadas al cultivo de viñedos, se centra en la producción de vinos de parcela y de paraje. Variedades autóctonas como Bobal, Garnacha y Tardana hallan aquí un suelo único con diferentes orientaciones y composiciones que van desde arcillosos hasta calcáreos e incluso arenosos, aportando un carácter singular a cada uno de sus vinos.
Vinos que Encarnan el Terruño
Los vinos de LoAlto buscan plasmar el paisaje en cada botella, siguiendo una estricta viticultura ecológica que respeta la biodiversidad del entorno. Los viñedos coexisten con almendros, cereales y bosque mediterráneo, formando un ecosistema complejo y diverso. En el proceso de elaboración, se minimiza la intervención, utilizando levaduras autóctonas y evitando químicos de síntesis para conservar la pureza del suelo y las uvas. El resultado son vinos complejos, con un carácter frutal significativo y la acidez precisa para envejecer adecuadamente en botella.
El compromiso con el entorno se refleja también en el turismo. LoAlto ofrece una experiencia enoturística única, donde los visitantes pueden pasear por los viñedos, conocer los procesos de elaboración y alojarse en la casa de labor, restaurada con respeto a la arquitectura original.
Vinos de Parcela y de Paraje
El proyecto enológico de LoAlto se concentra en dos tipos de vinos: los de parcela y los de paraje. Los primeros, creados con uvas de parcelas específicas, destacan la singularidad del terreno y sus matices únicos. Ejemplos de estos son Los Álamos A y El Guindal G. Los Álamos A 2023, elaborado con Garnacha blanca, presenta aromas mediterráneos de corteza de cítricos, hierbas balsámicas y flores blancas. Su frescura y prolongado final cremoso lo hacen vibrante y expresivo. El Guindal G 2023, hecho con Garnacha negra, ofrece un característico vino tinto con notas de frutas negras, monte bajo, romero y aceituna negra, que brindan una sensación de profundidad y ligereza simultáneamente.
Por otro lado, los vinos de paraje son más directos y frescos, con una carga frutal destacada que refleja el paisaje circundante. Entre estos se encuentran LoAlto Tardana 2023, un blanco floral con notas de fruta blanca e hinojo; LoAlto Garnacha 2023, un tinto sin intervención de acero ni roble, que resalta la pureza de la fruta roja y toques de mora e hibisco; y LoAlto Bobal 2023, un vino intenso y frutal con notas de cereza y fresa y taninos equilibrados que le otorgan estructura y personalidad.
Una Experiencia Enoturística Exclusiva
LoAlto no solo elabora vinos excepcionales, sino que ofrece a los visitantes la oportunidad de sumergirse en su entorno natural. La casa de labor ha sido meticulosamente restaurada para acoger a viajeros interesados en el vino en un entorno que combina confort y autenticidad.
Los visitantes pueden disfrutar de rutas por los viñedos, admirar las diferencias entre parcelas y entender por qué ciertas variedades de vid se adaptan mejor a cada terreno, además de observar los métodos de elaboración que aseguran la pureza y la singularidad de los vinos.
El paisaje circundante es idílico, situado en el entorno del Parque Natural de las Hoces del Cabriel, lo que permite disfrutar de los vinos en su contexto natural. La finca se integra completamente con su hábitat, ofreciendo una experiencia enoturística que conecta a los visitantes con la tierra y los vinos extraordinarios que de ella emergen.
Para quienes buscan una experiencia más profunda, LoAlto permite alojarse en la finca, disfrutando de la calma y la belleza del entorno mientras se descubre el proceso que transforma este terruño en los vinos singulares que llenan cada botella.