El pasado sábado, alrededor de 4,000 personas se congregaron en Valencia para exigir una vivienda digna. La protesta comenzó con un leve retraso a las 18:30 horas, cuando los manifestantes se dirigieron desde distintos puntos de la ciudad hacia la plaza del Ayuntamiento, donde tuvo lugar el mayor número de participantes. Durante la manifestación, los presentes responsabilizaron al Ejecutivo nacional, a Carlos Mazón y a quienes están involucrados en el negocio de los alquileres por la crisis de vivienda. Se escucharon cánticos críticos hacia los políticos, como “Políticos, cagones”. Según la Delegación de Gobierno, fueron 4,000 los asistentes a esta convocatoria.
Esta manifestación fue parte de una serie de protestas realizadas en toda España para defender el derecho a la vivienda. Simultáneamente, se llevaron a cabo marchas en las tres capitales de provincia de la Comunitat. En Madrid, la manifestación también captó la atención, con la participación de Sumar marcando su desacuerdo dentro del Gobierno respecto a la política de vivienda.
Los políticos fueron blanco de numerosos cánticos. Las figuras de Pedro Sánchez, presidente de España, y Yolanda Díaz, su vicepresidenta, fueron objeto de críticas, junto con comentarios sobre la ley de Vivienda vigente. En varias ocasiones, los manifestantes expresaron que la ley era “una mierda” y señalaron a los especuladores inmobiliarios como parte del problema. Carlos Mazón, presidente de la Generalitat, también fue objeto de cánticos pidiendo su dimisión.
Entre los manifestantes se destacaron María José Broseta, presidenta de la Federación de Asociaciones Vecinales de Valencia, y Pablo Botero, presidente del Consell Valencià de la Joventut. Broseta abogó por la creación de una agencia de alquiler asequible y la movilización de viviendas vacías pertenecientes a la Sareb, mientras que Botero destacó la precariedad para los jóvenes y la necesidad de que el Estado y los ayuntamientos intervengan.
Durante la manifestación, resonaron consignas contra la especulación inmobiliaria, como “Ni gente sin casas ni casas sin gente” y “Valencia no está en venta”. Los asistentes agitaron llaveros al inicio de la marcha y realizaron una muixeranga, alzando un cartel contra la especulación. Aunque pacífica, la protesta incluyó cánticos que advertían sobre tomar acciones ilegales si la situación no mejora, con frases como “Si hay casas vacías, las ocuparemos” y “o bajan los alquileres o quemaremos las calles”.
Pasando por la calle Xátiva, los manifestantes se encontraron con una oficina de una organización antiocupación, a la que corearon “Desokupa, nazis de mierda”. También se escucharon llamadas a favor de las expropiaciones y críticas al turismo como único motor económico de la Comunitat, junto a propuestas de huelgas para impulsar cambios en el mercado de vivienda, incluida una huelga general y otra de alquileres.
La manifestación presentó escenas curiosas, como la presencia de manifestantes ofreciendo en alquiler una tienda de campaña por 1,500 euros, destacando así la exageración de precios en el mercado inmobiliario.