Rafa Nadal se ha despedido prematuramente de Wimbledon al caer en segunda ronda en cuatro sets ante el alemán Dustin Brown, por 7-5, 3-6, 6-4 y 6-4 en dos horas y 34 minutos. El tenista balear, número 10 del mundo, no ha podido con el número 102, que llevó el ritmo del partido y se mostró muy agresivo en sus subidas a la red.
Jugar en la pista central del londinense All England Club le ha dado una motivación extra al alemán de ascendencia jamaicana, que ha desplegado uno de los partidos más completos de su carrera.
En dos horas y 34 minutos, el manacorí, cabeza de serie número diez en La Catedral, llegó a la capital británica tras caer en cuartos de final de Roland Garros y habiendo disputado dos torneos sobre hierba (Stuttgart y Queens).
Rafa no termina de sentirse cómodo sobre la hierba londinense, donde ha sido eliminado los últimos tres años en segunda ronda, primera ronda y cuarta ronda, respectivamente.
El admirador de Bob Marley, de 1,96 de altura, desarmó a Nadal con un juego efectivo en su superficie preferida: servicio y volea, servicio y volea, servicio y volea.
Mientras a Brown le entraba todo (77 % de puntos retenidos con su primer servicio, que se elevó a un 80 % y a un 89 % en el tercer y cuarto set), Rafa no conseguía superar los casi dos metros de su rival cuando este subía a la red con su clásico ‘passing shot’, desaparecido.
El de Manacor mejoró ligeramente su tenis en la segunda manga, pero esta mejoría fue un mero espejismo, y Brown cerró el partido en su tercer “match point” con un contundente 6-4 y 6-4 en los dos últimos sets.
Así, el manacorí, al igual que sucedió en las últimas temporadas en Londres, se despide del “major” británico a las primeras de cambio ante rivales de menor entidad, clasificados en el puesto 100 de la ATP o menor.
En 2012, fue Lukas Rosol, entonces cien del mundo, quién vivió su noche de gloria en la capital británica apeando a un Nadal que venía de ganar Roland Garros.
Un año después le tocó el turno a Darcis: el belga, 135 de la ATP, se deshizo de un pobre Nadal en tres sets; mientras que el pasado curso fue el joven e irreverente Kyrgios, entonces de 19 años, el que apeó al español, quien en ese momento lideraba el ránking mundial.