El Ayuntamiento de Buñol, en Valencia, dirigido por el Partido Popular y XBuñol, ha propuesto nombrar Hijo Adoptivo póstumo al cantante Miguel de Molina (Málaga, 1908-Buenos Aires, 1993) para reconocer su estrecha relación con la localidad y como un acto de reparación y justicia histórica. Esta iniciativa, que será llevada al pleno, cuenta con el apoyo del historiador local Pepe Abargues y se fundamenta en los vínculos que el artista mantuvo con Buñol durante los momentos más difíciles de su vida.
Después de la Guerra Civil, Miguel de Molina fue confinado en Buñol desde abril de 1940 hasta enero de 1941 debido a la persecución política y personal que sufrió. Durante ese tiempo, encontró en el pueblo un refugio de paz y humanidad, lo que dejó una profunda huella en su memoria y su afecto por la localidad.
Virginia Sanz, alcaldesa de Buñol, ha declarado que este reconocimiento como Hijo Adoptivo salda una deuda histórica con una figura que nunca olvidó al municipio y que halló en él un entorno de dignidad y afecto en momentos de adversidad. El gobierno local ha señalado que, según las cartas y memorias del artista, Buñol fue uno de los lugares más significativos de su vida. Miguel de Molina mantuvo correspondencia con amigos de la localidad durante décadas, recordando con cariño el paisaje, la gente y la paz que encontró allí.
El cantante, en su libro de memorias “Botín de guerra”, describe a Buñol como un lugar que dejó una marca indeleble en su vida, brindándole una existencia apacible y serena, rodeado de personas nobles. Tal fue su conexión emocional que en 1958, ya reconocido en Argentina, regresó para ofrecer una actuación de despedida en el Teatro Montecarlo antes de su 50 cumpleaños. En diciembre de 2024, el Gobierno de España lo homenajeó en el acto “Memoria es Democracia” por ser una de las figuras culturales perseguidas durante el régimen franquista.