El Gobierno español ha reconocido a 22 personas relacionadas con la Universidad de Valencia que sufrieron persecución y violencia durante la guerra civil española y la dictadura franquista. La ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant, destacó que estas personas sacrificaron sus vidas por el país que hoy es un refugio de derechos y libertades. Morant enfatizó que este reconocimiento, realizado en el Paraninfo de la Universidad de Valencia, coincide con el aniversario de la proclamación de la II República, un sistema democrático elegido por la sociedad en 1931.
Durante el acto, la ministra recordó la ejecución en 1941 de Juan Bautista Peset Aleixandre, un destacado médico y rector de la universidad, quien se convirtió en un símbolo de la represión a la intelectualidad progresista valenciana. Morant subrayó la importancia de reparar esta etapa difícil y aplaudió la presencia de una concejala del PP en el evento, señalando la necesidad de unidad entre los defensores de la democracia.
Morant afirmó que, aunque tarde, la democracia en España ha comenzado a reparar a estas víctimas y destacó que el Gobierno, mediante la Ley de Memoria Democrática, reconoce a estas personas perseguidas por motivos políticos e ideológicos. La ministra lamentó que estas familias hayan sido estigmatizadas y olvidadas durante décadas y enfatizó la importancia de recordar y reparar para evitar que situaciones similares se repitan.
Morant también criticó los intentos de algunos sectores de blanquear el franquismo con la Ley de Concordia. Afirmó que el Gobierno continuará combatiendo el olvido y prometió seguir trabajando en el reconocimiento y reparación de colectivos que contribuyeron a la democracia actual, entre ellos las universidades.
La rectora de la Universidad de Valencia, Mavi Mestre, se unió al reconocimiento de aquellas personas que lucharon por la democracia, tanto durante la guerra civil como en la dictadura. Recordó a quienes sufrieron prisión o exilio y destacó el papel de figuras como Juan Gil-Albert y los rectores Mariano Gómez y José Puche, quienes jugaron un papel crucial apoyando a los refugiados españoles en México durante el exilio de la Segunda República.
El acto subrayó el compromiso con la memoria histórica y la defensa de los valores democráticos en España.