La jueza titular del número 21 de Instrucción de Valencia ha reabierto la investigación del accidente del metro de julio de 2006, en el que murieron 43 personas y resultaron heridas otras 47, y lo ha hecho con la declaración de dos funcionarios de la brigada de la Policía Judicial que redactaron su informe dos semanas después del día de la tragedia. Dicha declaración, que se realiza en calidad de testigos-peritos, es una de las diligencias que la Audiencia de Valencia, en auto dictado el pasado día 21 de enero, ordenaba practicar a la jueza en el marco de la investigación judicial del siniestro.
La jueza Nieves Molina había archivado la petición de ampliación de investigación del caso -ante nuevas pruebas que habían ido saliendo a la luz- y tanto la Fiscalía como la Asociación de Víctimas del Metro 3 de Julio habían recurrido esa decisión ante la Audiencia, que estimó parcialmente ambos recursos.El auto de la Sección 2ª de la Audiencia revocó ese auto del Juzgado número 21 y ordenó la práctica de 11 nuevas diligencias “ya que existen indicios, nuevas señales o pistas que pudieran aclarar, iluminar o ilustrar el motivo o la causa” de la tragedia.
Entre estas nuevas diligencias están la toma de declaración, en calidad de testigos, a los mecánicos y demás personal del taller que revisó la unidad siniestrada en 2005 y 2006, y requerir a FGV (Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana) para que facilite el listado de maquinistas que condujeron esa unidad desde el 20 de junio de 2006 y, en concreto, cuáles de ellos la condujeron en los descarrilamientos que sufrió previamente al día del accidente. Estos últimos también serán escuchados en el Juzgado de Instrucción número 21.
FGV tendrá también que remitir copia del informe de la avería en los frenos de la unidad siniestrada, y el Sindicato Independiente Ferroviario hacer lo mismo con la documentación que disponga sobre esa incidencia, ocurrida entre el 20 y el 21 de junio.
En otro capítulo de tipo técnico, también se requerirá informe de Siemens, como fabricante de la unidad siniestrada, sobre las características técnicas de ventanas y marcos, así como de los sistemas de sujeción de ésta y las causas y medidas adoptadas tras el incidente con el sistema de frenado acontecido trece días antes del accidente en la estación de Jesús.
FGV tendrá que dar cuenta, igualmente, de las personas responsables, por aquellas fechas, de revisar de forma periódica, así como de tomar las decisiones sobre la ubicación y características técnicas y de funcionamiento de las tristemente famosas balizas de limitación de velocidad instaladas en el tramo comprendido entre las estaciones de Plaza de España y Jesús.
La Audiencia ordenaba, por último, practicar también nueva diligencia de investigación pericial por el mismo perito que hizo los informes anteriores pero actualizada con “los nuevos datos, hechos y documentos que se deduzcan de las diligencias” anteriormente citadas para, de este modo, determinar de una forma clara y, en la medida de lo posible, inequívoca, si el estado de la UTA 3736 fue una de las causas del accidente.
Conforme se van conociendo estos y otros datos referidos al accidente tristemente famoso, cuesta cada vez más creer que se diera carpetazo al caso la primera vez que llegó a los tribunales valencianos. 43 muertos y 47 heridos lo reclamaban -antes y después de llenar la plaza de la Virgen los días 3 de cada mes- y merecen esta nueva oportunidad de llegar hasta el fondo de la cuestión y depurar las responsabilidades que de ello se deriven.
VLC Noticias | Redacción