No tenía que ser. Ni toda la ‘magia’ del ‘Txingurri’ Valverde, ni el buen hacer de los jugadores del Valencia, ni por supuesto la suerte, tan esquiva en algunas situaciones, eran suficientes para vencer no al Sevilla, sino a un arbitraje que se empeñó en que fuera la Real y no el Valencia quien se clasificara para la Champions League.
Y es que a los hombres del Valencia CF no se les puede pedir más de lo que mostraron en el Sánchez Pizjuán. Y todo, a pesar de que antes del encuentro supieron, por boca de su hasta hoy entrenador, que éste no iba a continuar y que es Miroslav Djukic quien va a ocupar el banquillo en la 2013-2014-. Todo a pesar de una expulsión injusta a Jonas y hasta tres penalties a favor del Valencia no señalados, demasiado como para no ‘acordarse’ de Clos Gómez.
Y eso que las cosas comenzaban bien. El argentino Banega adelantaba al Valencia, que hoy jugaba de azul, antes del primer cuarto de hora. La Real, que marcaba su único gol en Riazor, quedaba a expensas de lo que hicieran los valencianistas en Sevilla. Y por lo visto en el césped, con maletín o sin maletín, la cosa no iba a ser fácil para los de Valverde.
Antes de finalizar el primer tiempo, Negredo empataba para el Sevilla y el árbitro se aseguraba de que el Valencia no levantara la cabeza expulsando, de forma injusta, al brasileño Jonas. Si vergonzosa fue la decisión de Clos Gómez, no digamos la de su asistente que, a un metro de la jugada, optó por no decir ni ‘pruna’ o la de Alberto Gómez, que se ganó una candidatura a los Goya por su reacción a la cercanía del brazo del brasileño del Valencia. Algo comenzaba a oler mal… El empate a uno dejaba al Valencia fuera de Champions en favor de la Real Sociedad.
Y para acabar de hundir a los ‘che’ en la más absoluta de las desesperaciones, un penalti de Ricardo Costa sobre Perotti le dio a Negredo la oportunidad de empatar en la lista de goleadores nacionales con Soldado y, de paso, a jorobarle el descanso al Valencia, que tras maniatar a los de Nervión durante casi todo el primer tiempo, se iba a la ducha perdiendo.
En la segunda parte, el Valencia demostró que no iba a tirar la toalla ni mucho menos. Joao Pereira le daba a Soldado el balón perfecto para igualar de nuevo la contienda y, apenas un minuto después, Negredo Marcaba el tercero a pase de… ¿no lo adivinan? Pues sí: Aberto Moreno, el de la ‘actuación’ que había mandado a la ducha a Jonas.
Mientras tanto, en Riazor el Dépor no era capaz siquiera de chutar entre los tres palos.
Para colmo de males, Negredo se empeñaba en aguarle la fiesta al Valencia y con su cuarto gol, dejaba las cosas poco menos que imposibles.
Soldado, poco antes de acabar el partido, marcaba el tercero para el Valencia batiendo así por segunda vez al ex valencianista Palop, que por cierto se despedía de la parroquia sevillista. Muchas despedidas hubo sobre el césped del Sánchez Pizjuán. Sin embargo, ya no se podía hacer nada porque la Real ya era equipo de Champions.
Adiós a Valverde, al que el Valencia le ha servido de buen escaparate para volver a su Athletic… y hola a Djukic, que volverá a la que fue su casa en su época más gloriosa como jugador. Adiós a la Champions y hola a la Europa League, en el peor momento económicamente hablando para el club de Mestalla. Y adiós definitivamente a Llorente y hola a Salvo. Comienza un nuevo ciclo.
VLC Ciudad / Javier Furió. Fotos: Valencia CF