El hasta ahora indiscutible líderazgo de Pablo Iglesias en Podemos se ha visto en peligro y enfrentada a una rebelión en toda regla por el control de la formación. Tres de los cinco eurodiputados del partido, que componen la formación, apoyan un borrador sobre el modelo organizativo que debe regir el partido opuesto al elaborado por Pablo Iglesias y sus colaboradores.
Teresa Rodríguez, Pablo Echenique y Lola Sánchez abogan por un sistema de gobierno interno colegiado mientras que la propuesta de Iglesias y su círculo más íntimo de colaboradores, formado por Iñigo Errejón, Juan Carlos Monedero, Carolina Bescansa y Luis Alegre, defienden un modelo clásico de partido político en el que el poder esté en manos de un secretario general, es decir, en las manos de Pablo Iglesias. En este sentido, abogan por una dirección denominada Consejo de Coordinación que sería la encargada del día a día y estaría formada por entre diez y quince miembros elegidos a propuesta del secretario general por el Consejo Ciudadano, máximo órgano del partido entre congresos.
Rodríguez, Echenique y Sánchez rechazan crear una Secretaría General unipersonal. En esta línea defienden la creación de una portavocía formada por tres personas que se repartirían las áreas ejecutivas. Además, mantienen que los integrantes del Consejo de Coordinación sean elegidos en candidaturas individuales por los afiliados.
Aunque el equipo Iglesias ha rechazado consensuar un documento único con el sector crítico, sí se ha abierto a incluir en su propuesta ideas de otros grupos para sumar fuerza ante sus principales rivales. Esta predisposición le ha servido para ganarse el apoyo de la quinta eurodiputada, Tania González, quien en principio parecía más cerca a sus otros tres compañeros en la cámara de Estrasburgo. Mientras, en torno a los críticos se han reunido hasta 30 de los grupos que habían presentado documentos alternativos al de la dirección.
VLCNoticias|Redacción