El Péndulo |Jimmy Entraigües.- La trayectoria de Xavier Moret como periodista y escritor es amplia y fecunda. Su labor como reportero de viajes para El Periódico le permite recorrer el mundo y elaborar interesantes artículos sobre el terreno que pisa.
Moret, además, tiene en su haber artículos para diversos diarios y revistas especializadas y una extensa participación en distintas emisoras de radio y televisión tanto como reportero como especialista en viajes.
Ganador del premio Grandes Viajeros por su libro ‘La isla secreta’ (2011), donde realiza un intenso recorrido por Islandia, Moret es autor de ‘Viaje al corazón de Australia’, ‘América, América’ o ‘Días de Hong Kong’, en donde demuestra, más allá de su atenta mirada como periodista y viajero, una pluma ágil y precisa con la que atrapa la atención y la complicidad del lector.
Bajo el sello de ediciones Península, Xavier Moret acaba de publicar ‘La memoria del Ararat’, un relato intenso y rico en detalles sobre su visita a la milenaria Armenia. La curiosa mirada de Moret no solo se detiene en la historia de un pueblo cargado de cicatrices y heridas sino también en el paisaje de un país cuyos habitantes intentan vindicar ante el mundo el genocidio que vivió en 1915, su voluntad por recuperar la seña de identidad que representa el monte Ararat en sus raíces culturales (hoy en manos turcas) y crecer como estado pese a las duras circunstancias socio/políticas en la que vive y que la rodean.
Aprovechando su paso por Valencia, El Péndulo de Valencia Noticias habló con Xavier Moret sobre su nuevo trabajo literario.
El Péndulo: Parece que el género del libro de viajes o la literatura de viajes vuelve a recuperar el pulso entre los lectores.
Xavier Moret: ¿Te refieres a los lectores españoles?
E.P.: Sí, claro. En el último año han aparecido más libros de viajes o, al menos, se ven unos cuantos títulos en las librerías que antes era imposible ver en las vitrinas y escaparates.
X.M.: Sí, sí. Quizá es porque hasta ahora era un género más anglosajón o francés. Allí hay más tradición en literatura de viaje y.., siempre han ido publicando y aquí parecía que la literatura de viaje no tenía público y…, pero esto fue…, en el 92’ creo cuando Javier Reverte publicó ‘El sueño de África’ que, por cierto, lo rechazaron 10 o 12 editores diciendo que ‘esto no vende’ hasta que lo publicó un editor argentino, Mario Muchnik, y vendió unas cuantas ediciones y desde entonces varias editoriales descubrieron que la literatura de viajes tenía un público y crearon varias colecciones de viajes, entre ellos Plaza & Janés, Ediciones B, Península…, pero luego se frenó pensando que había un abuso del género y ahora vuelve a florecer y los editores se interesan por el género cosa que me alegra mucho.
E.P.: El caso de Mario Muchnik es especial, siempre fue un editor que apostó por obras, autores y géneros que luego resultaron ser excelentes. Quizás también porque venía de un país como Argentina que es muy consumidor de libros.
X.M.: Sí, sí, es verdad. Mario es que tenía olfato y era un editor de la antigua escuela. Uno de esos editores que leen el libro y juzgan acertadamente. Muchos editores actuales no leen el libro, miran los baremos de marketing y posibilidades comerciales y…, aquí es donde se equivocan. Aquí, en España, hay un lector interesado en el libro de viajes, hay un mercado, pero se olvidan que en Latinoamérica todavía hay un mercado mucho más grande.
E.P.: En la contraportada del libro das a conocer una serie de nombres internacionales, de nacionalidad armenia, como Atom Egoyan, Charles Aznavour, Arshile Gorky…, ¿son referencias para que el lector pueda adentrarse la Armenia que narras de una forma más identificable?
X.M.: Sí, sí, es como pequeña llamada de atención. Yo también me interesé por el universo armenio a través de la diáspora y a través de canciones y películas, a través de las narraciones de William Saroyan y…, también viajando por Jerusalén, por ejemplo, hay un barrio armenio que te sorprende; en Beirut, en Estambul y…, vas conociendo referencias armenias dices ‘esta es una cultura interesante y poco conocida’ y…, bueno, a partir de ahí me dije que tenía que ir a Armenia y ver la realidad. Fruto de ese viaje es el libro donde intento contar la realidad armenia, cómo es el país, cómo se vive el día a día y…, allí te das cuenta que el genocidio tiene mucho peso con lo cual una parte importante del libro está dedicado al tema del genocidio ya que se cumplen 100 años de aquel triste acontecimiento.
Yo tenía la intención de hacer un libro de viaje pero hablando con la gente, con los propios armenios allí, salía el tema y todos tienen en sus familias una o varias víctimas del genocidio. Me di cuenta que el tema del genocidio daba mucho más de lo que yo lo había valorado antes de viajar. Estuve en el día de la conmemoración del genocidio y vi allí una manifestación de un millón de personas, caminado en silencio, ante el monumento y.., a partir de ahí el libro ya se decanta, claramente, a intentar explicar aquel genocidio y entrevistar, incluso, a un superviviente de 103 años para que quede constancia de lo que pasó y el trauma que supone, todavía, para la población armenia actual.
E.P.: Otro tema importante del libro es el monte Ararat.
X.M.: Sí, sí. Es imposible hablar de Armenia sin hablar del Ararat.
E.P.: El problema es que la gran referencia histórica, geográfica y telúrica de Armenia está en territorio turco.
X.M.: Sí, tienes toda la razón. El gran símbolo armenio está en territorio turco. Está al otro lado de la frontera y, además, está cerrada. Es una situación, francamente, terrible. Para los armenios representa un verdadero trauma pero es la realidad. La gran Armenia, en el pasado, ocupaba del Mar Caspio al Mar Negro y del Cáucaso a Jerusalén y ahora ha quedado reducido el territorio, sin salida al Mar Negro, y el Ararat se ve perfectamente desde la capital y representa el símbolo máximo de Armenia. En todas las casas hay una foto del Ararat y…, creo que representa un símbolo de eternidad y de permanencia del pueblo armenio a pesar de todos los vaivenes de la historia y de todos los conflictos, de un país que ha sufrido mucho, que ha tenido invasiones, guerras, exterminios pero el Ararat es un símbolo perpetuo de que el pueblo armenio seguirá ahí.
E.P.: Y en torno al Ararat el pueblo armenio sigue manteniendo sus raíces religiosas, espirituales y tradicionales muy profundas, ¿verdad?
X.M.: Sí, sí, eso es verdad. Es el primer país que adopta el cristianismo como religión oficial en el año 301, antes que los romanos, y a partir de aquí la iglesia jugó un papel muy importante para definir la cultura armenia. Está el vaticano armenio, que es Echmiadzin, donde conservan importantes manuscritos y donde está la Biblia, que es el primer libro que se tradujo al armenio, en el siglo V, porque se inventan el alfabeto en el 406, un monje fue su creador, ya que antes escribían en griego o persa, y…, a partir de aquí han definido una cultura armenia muy preocupada por temas culturales, por los manuscritos, por los libros, la música, el cine…
E.P.: Esto quizás se deba a la dura historia por la que pasó Armenia y…, el componente cultural es lo que permite que sus valores por la cultura y el pasado sean muy sólidos.
X.M.: Efectivamente, es mus sólido y es muy especial porque en Armenia viven 3 millones de personas y en la diáspora 7 millones. Es mayor la población de la diáspora, que está repartida en distintos países, entre ellos Argentina y…
E.P.: Buenos Aires cuenta con una colectividad armenia muy grande.
X.M.: Bueno, solo en Buenos Aires hay 7 centros armenios o escuelas así que ya puedes ver que el núcleo de armenios es bastante grande y…, la diáspora lo que ha hecho es concentrarse en los valores culturales que el pueblo armenio siempre ha tenido y en el genocidio y…, yo diría que son las cosas que más pesan en el pueblo armenio.
E.P.: Al pueblo armenio le ocurre un hecho similar a lo que le ha ocurrido al pueblo judío. Un amigo en Buenos Aires me decía, “vivimos más judíos en el exterior que en Israel”.
X.M.: Sí, sí, yo también me he dado cuenta de eso. El pueblo armenio, en la diáspora, vive más la ‘armenidad’ y de la conciencia de la cultura y del país que en sus propias fronteras. Lo tiene idealizado.
E.P.: ¿Y cómo ves la visión que puedan tener los armenios desde fuera de su país, respecto a los que no han salido y permanecen en Armenia?
X.M.: Bueno, hay un contraste muy grande. Yo ya había hablado con armenios de la diáspora en Barcelona o en otras grandes ciudades y…, me encontraba que me hablaban de un país maravilloso y…, cuando llegas allí descubres que hay un contraste durísimo porque es un país empobrecido por los muchos años dentro de la Unión Soviética, un país con una tasa de desempleo enorme, con mucha corrupción y…, te das cuenta que…, lo que los armenios del exterior te dicen no tiene nada que ver con la realidad. La prueba es que, según unas estadísticas muy recientes, el 40% de la población se plantea emigrar porque allí no ven un futuro económico para sobrevivir. La diáspora ha idealizado el país y lo ha situado en una espacio de fantasía pero, por desgracia, la realidad es muy dura y muy cruel con la situación social, económica y política que se vive dentro de Armenia.
E.P.: Sin embargo, leyendo tu trabajo y teniendo unas referencias mínimas sobre el país, uno puede pensar que al estar ubicada entre en una zona que sitúa a Armenia entre Europa y Asia las posibilidades de mejoras deben llegar y que debe contar con una juventud pujante y con ganas de sacar su país adelante.
X.M.: Hay algo de razón en los que dices. El modelo de Armenia es Europa, ellos siempre han mirado, sobre todo, a Francia. Lo que pasa es que…, los años de la Unión Soviética han sido muchos y han pesado y…, Armenia se ha convertido en un país muy influido por la cultura rusa y…, no hay que olvidar que está rodeada por países musulmanes como Azerbaiyán, con los que tuvieron la guerra por Nagorno Karabaj; Irán, la antigua Persia; Turquía… Es decir, ha sido un país cristiano aislado en las montañas y esto le ha hecho que, a través de la historia, tuviera muchos encuentros y desencuentros con sus vecinos. Hoy, solo 22 países en el mundo han reconocido el genocidio y los armenios tratan de tener mucha más visibilidad con el efecto del centenario de aquella tragedia.
E.P.: ¿Hacia dónde va Armenia teniendo en cuenta que has visitado profundamente el país?
X.M.: Pues…, el futuro inmediato de Armenia no es muy halagüeño que digamos. Lo que he visto en Armenia es que si sobreviven es en buena parte es gracias al dinero de la diáspora. Algunos millonarios armenios han financiado carreteras nuevas, han restaurado monasterios bellísimos, han hecho monumentos, pero es todo artificial porque cuando se proclamó la independencia en el 1991, muchos confiaban que gente de la diáspora volvería a vivir en Armenia y levantarían el país pero…, toda esta gente de la diáspora era de tercera o cuarta generación y habían echado raíces en otros lugares y…, está muy bien ir a Armenia para ver tus orígenes o tus raíces pero tu vida está en otro lugar. Es verdad que han aportado dinero pero no acaba de despegar económicamente lo que te hace pensar en un futuro incierto.
E.P.: Xavier Moret, gracias por atender a nuestro medio y gracias por escribir un libro que nos acerca a la realidad de un país tan lleno de contrastes y tan rico culturalmente.
X.M.: Gracias a vosotros por abrir un espacio a una literatura que no siempre encuentra en los periódicos un hueco, como es la literatura de viajes o los libros de viajeros. Sinceramente, es de agradecer y mucho.