ARTÍCULO DE OPINIÓN. PRESIDENTA CGDN
Los intrusos y las dietas milagro, pueden arruinar tu vida
Desde mi punto de vista, el problema del intrusismo sanitario, para abordarlo correctamente, hay que enfocarlo, en primer lugar, desde el prisma del paciente. El primer afectado siempre es el paciente, el ciudadano que es engañado y manipulado en el ámbito de su salud o la de su familia.
Por ponerme en situación, pienso en la semana pasada y recuerdo que he ido al dentista a hacerme una endodoncia, y he llevado a mi hijo de año y medio al fisioterapeuta y al terapeuta ocupacional, porque padece parálisis cerebral y tiene que hacer rehabilitación. Y pienso, sin lugar a dudas, ni remotamente pondría, a mi hijo o a mí, en manos de una persona que no estuviera cualificada, y diré más, y que no esté colegiada. Porque el Colegio, ahora que trabajo dentro, sé que vela por el buen ejercicio profesional de sus colegiados.
A mí no se me ocurre hacer funciones de enfermería, diagnosticar enfermedades, dar fármacos, prescribir actividad física específica, o cualquier cosa que no me competa específicamente, porque hay expertos en esas materias que lo harán muy bien, yo solo haré chapuzas, además de estar cometiendo un delito y me pueden pillar.
Cada profesional debe ejercer en SU campo
La clave para combatir el intrusismo está en el paciente, en que exija cualificación. Sin embargo, el paciente no tiene por qué tener conocimientos de las competencias de cada profesional. Ahí entran los Colegios Profesionales. ¿Quiénes mejor que nosotros para dar a conocer nuestra propia profesión?
En el caso de los Dietistas-Nutricionistas, o del campo de la Nutrición Humana y Dietética, la problemática es de etiología diferente. Por un lado, algunas profesiones sanitarias tienen conocimientos de nutrición, necesarios para el ejercicio de SU profesión, y algunos confunden ejercer mejor su profesión con ejercer la profesión de otro. Y por otro lado hay muchos más que no son ni profesión sanitaria, creen saber de nutrición porque han leído un poco, han hecho un curso online de seis semanas, seis meses, o incluso un master y se autoregalan el título de Dietista-Nutricionista por Navidad. En esta variedad los hay desde peluqueros hasta terapeutas psiconeuroinmunólogos, que no sé muy qué son.
Las peligrosas “dietas milagro”
A esta variedad de intrusismo profesional, hay que añadir el mundo empresarial del que surgen continuos remedios para el sobrepeso y la obesidad. ¡Qué oportunos! Se inventan tratamientos para todos los gustos, para perder desde 50 kg hasta bajar 1 talla para el fin de semana, o perder justo la grasa allí donde se nos antoje, y por supuesto, sin ningún esfuerzo, incluso durmiendo. Eso sí, a precios astronómicos y lo peor de todo, la mayoría de veces perjudiciales para la salud, que además, cuando los abandonas recuperas más kilos de los que ya tenías, así que el negocio es redondo del todo. Pero la realidad es que esto no es algo cómico sino muy serio y que sí debería considerarse un delito, un atentado directo contra la salud. De hecho, me sorprende que aún no se haya creado la AADM, Asociación de Afectados de las Dietas Milagro o de los Productos Milagro.
Los ejemplos más llamativos de fraude además se anuncian con letreros enormes:
- Dietas hiperproteicas de 800kcal (lo recomendado son entre 1800 y 2200kcal) donde el 90% las aportan las proteínas (lo recomendado es un 12-15%). Y que rondan un coste de 300-600€ al mes para que controlen que tu hígado no reviente.
- Las dietas milagro (alcachofa, limón, melón, melocotón, savia de arce, agua de mar…) que pueden acabar con la salud de tu aparato digestivo o tus dientes.
- Centros de adelgazamiento & tienda de herboristería, donde te “regalan” la consulta dietética y te “obligan” a comprar su producto. Estos métodos rondan los 30€ por semana de objetivo de ventas.
¿Cómo evitar el fraude?
Los métodos fraudulentos son fáciles de detectar y brillan por la ausencia de deontología:
- La venta de producto va unida al tratamiento.
- El producto que debes tomar solo lo fabrican y venden ellos.
- La visita o consulta dietética se realiza en un establecimiento comercial sin registro sanitario.
- Dan garantía de resultados.
- Utilizan un caso aislado como evidencia científica.
Yo veo el intrusismo como la mala hierba que crece en el campo. Si cada paciente se protege no arrimándose a ella, cada D-Ns cuida su parcelita, la mantiene limpia y hace bien su trabajo, y el Colegio Oficial hace su trabajo de dar a conocer la figura del D-Ns y de la Alimentación Saludable, la mala hierba dejará de tener omnipresencia, quedará patente su mala praxis, y morirá sola o se reinventará.
La cuestión es que aún se conoce poco la figura profesional del Dietista-Nutricionista. La gente no nos concibe aún como a un profesional sanitario más, al que debería acudir cuando tengo una patología crónica como hipertensión, diabetes tipo I ó II, hiperlipidemias, sobrepeso u obesidad, o cuando padezco o he padecido un cáncer, cuando tengo una intolerancia o alergia alimentaria, cuando estoy en rehabilitación por un traumatismo, o creciendo, o adelgazando, cuando estoy embarazada o muy estresado, cuando me hago mayor y me faltan las fuerzas o tengo osteoporosis. Más aún cuando son varias las patologías o situaciones de riesgo que padezco.
El D-N, la mejor inversión en Salud
Son bastantes los estudios económico-financieros que demuestran que por cada euro invertido en un Dietista-Nutricionista, el Sistema Sanitario se ahorra entre 5 y 6 euros, porque se curan patologías crónicas, se disminuye el consumo de fármacos, disminuye el número de visitas al médico de cabecera, el tiempo de hospitalización y la reincidencia o reingreso, se acortan los tiempos de rehabilitación, se va menos al psiquiatra… porque con una alimentación saludable, se vive mejor y más contento.
Además de la nutrición clínica, estamos especializados en áreas muy importantes y variopintas como, la restauración colectiva de comedores escolares, hospitales, cárceles y/o residencias. La nutrición deportiva. La nutrición comunitaria y salud pública. La industria alimentaria y diseño de nuevos productos. La higiene y seguridad alimentaria. La docencia y la investigación. La formación y educación nutricional.
La mayoría como autónomos o empresarios, algunos por cuenta ajena y unos pocos en el ámbito público.
Ante cualquier duda, lo mejor es consultar en el registro del Colegio profesional de cada comunidad autónoma, o bien acudir al Consejo General de Dietistas-Nutricionistas www.consejodietistasnutricionistas.com.
El secreto está en no dejarse tratar por uno o una que no sea Dietista-Nutricionista. Nuestro sello identificativo está en el guión. Ni dietistas, ni nutricionistas, ni nutriólogos, ni expertos en nutrición. Somos Dietistas-Nutricionistas, o D-Ns para los amigos, con “guión saludable.
Alma Palau Ferré
Presidenta del Consejo General de Dietistas-Nutricionistas