El Péndulo | Redacción.- La Orquesta de Valencia viajará mañana viernes a Benicàssim, para participar en la final del Certamen Internacional de Guitarra “Francisco Tárrega”. De esta manera y bajo la dirección del maestro Sergio Alapont, la Orquesta interpretará (el viernes 9) a las 22.00 horas en el Teatro Municipal de la localidad castellonense, la “Fantasía para un gentilhombre” de Joaquín Rodrigo, escogida por los finalistas Sanel Redzic, Xianji Liu y Pavel Kukhta, y el “Concierto para Guitarra” de Héctor Villa-Lobos que tocará el otro finalista Alejandro Córdova.
La concejala de Cultura y presidenta del Palau de la Música, Glòria Tello, resaltó que la Orquesta de Valencia con su prestigio y versatilidad “apoya a los principales concursos musicales de la Comunidad Valenciana, no sólo de la ciudad de Valencia como es el de piano “José Iturbi”, sino también el “Francisco Tárrega”, que además cumple su 50 aniversario y es de gran relevancia internacional”.
Después de esta actuación, la Orquesta de Valencia interpretará el 23 de septiembre, un nuevo concierto gratuito del ciclo “L’Estiu al Palau” con la directora Virginia Martínez. El público podrá escuchar arias de ópera y zarzuela, protagonizadas por las cantantes Rita Marqués y Nozomi Kato en colaboración con el Centro de Perfeccionamiento “Plácido Domingo” del Palau de les Arts, con la “Sinfonía sevillana” de Joaquín Turina y la segunda suite de la ópera “El sombrero de tres picos” de Manuel de Falla. Para concluir el mes de septiembre y antes de los conciertos de abono, la Orquesta actuará el día 30 con Santiago Auserón y el guitarrista Joan Vinyals, dirigidos por Ricardo Casero, para presentar al público valenciano “Vagamundo”, en una sorprendente revisión sinfónica de su repertorio.
Es nuestra arma para acabar con la impunidad de los más poderosos.
Te necesitamos a ti también para seguir haciendo un periodismo libre de presiones políticas y económicas
Hay mucho trabajo detrás de una noticia. Contrastar fuentes, redactar, analizar, recabar información… Pero todo esto implica unos costes muy altos, porque aunque parezca una obviedad, hacer buen periodismo, en estos momentos, es complicado.