Rafael Nadal se refirió al escándalo de dopaje en el que se vio involucrado este lunes, cuando un grupo de hackers rusos publicó dos archivos en donde se comprueba que la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) lo autorizó en dos ocasiones a tomar sustancias prohibidas.
“Cuando pides permiso para tomar algo por motivos terapéuticos y te lo dan, ya no estás tomando nada prohibido”, explicó el tenista español durante un acto de uno de sus patrocinadores.
Si tome esas sustancias fue porque los médicos creían que era lo mejor para mi rodilla
Según los documentos filtrados por Fancy Bears, la AMA le permitió a Nadal consumirbetametasona en septiembre de 2009 y corticotropina en julio de 2012, por distintas lesiones.
“Nunca he tomado nada que mejore mi rendimiento, jamás. Si tome esas sustancias fue porque los médicos creían que era lo mejor para mi rodilla”, insistió el ex número 1 del ranking ATP este lunes.
Cuando pides permiso para tomar algo por motivos terapéuticos y te lo dan, ya no estás tomando nada prohibido
Nadal, quien en marzo de este año había sido acusado por una ministra francesa de haber dado positivo en un doping en 2012 (hecho que jamás fue comprobado), volvió a proponer que la AMA revele los resultados de las pruebas ante la prensa, dos semanas después de realizar los controles, para evitar problemas.
“No podemos fallar a la gente que nos toma como ejemplos. Tenemos que ser un ejemplo positivo, ni negativo ni dudoso”, exclamó el español de 30 años.
Según informa infobae.Un nuevo informe de Fancy Bears involucra al tenista español, quien en 2009 y 2012 habría dado positivo por dos sustancias prohibidas
Entre los 37 nuevos apellidos se destaca el del tenista español Rafael Nadal, quien consumió sustancias prohibidas en 2009 y 2012 según los documentos filtrados este lunes.
Según los controles oficiales, el ex número 1 del mundo fue autorizado a consumir betametasona en septiembre de 2009, cuando fue tratado por unos problemas abdominales que lo mantuvieron mes y medio fuera de competición; y en julio de 2012 se le permitió usar corticotropina por una lesión en las rodillas que lo privó de ir a los Juegos Olímpicos de Londres. En ambos casos, se trató de pinchazos intramusculares, siendo el primer tratamiento de cinco días y el segundo de ocho días.
Además del caso de Rafael Nadal, se publicaron 36 nuevos nombres de deportistas de Francia, Alemania, Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña, Australia, y Argentina, entre otros países.
Las drogas que consumió con autorización de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) en 2009 y 2012 no tenían como objetivo mejorar su rendimiento, sino que eran parte de un tratamiento que estaba realizando para recuperarse de algunas lesiones. Sin embargo, los efectos de estas sustancias son mucho más complejos.
Los documentos filtrados esta semana por parte de un grupo de hackers rusos muestran que el tenista español fue habilitado para consumir betametasona en septiembre de 2009 durante un tratamiento que el ex número 1 del mundo realizaba por problemas abdominales que lo alejaron del circuito durante un mes.
La betametasona es un potente esteroide con efecto antinflamatorio que no provoca retención de líquidos, por lo que suele ser utilizado en este tipo de tratamientos. La AMA decidió incluirlo en su lista negra porque ayuda a los deportistas a recuperarse más rápido de problemas musculares y también abre las vías respiratorias.
Según los archivos revelados, Nadal también fue autorizado a inyectarse corticotropina, también conocida comoadrenocorticotropa, en 2012,cuando se recuperaba de una lesión en las rodillas.
Esta hormona está prohibida ya que disminuye la sensación de fatiga. Sin embargo, algunos expertos señalan que sólo sucede en raros casos y creen que puede deberse a un factor psicológico.
Es nuestra arma para acabar con la impunidad de los más poderosos.
Te necesitamos a ti también para seguir haciendo un periodismo libre de presiones políticas y económicas
Hay mucho trabajo detrás de una noticia. Contrastar fuentes, redactar, analizar, recabar información… Pero todo esto implica unos costes muy altos, porque aunque parezca una obviedad, hacer buen periodismo, en estos momentos, es complicado.