Vicente Boix, l’Alcúdia Los alevines del Levante UD y Aleks ruso sellaron un empate a cero goles en un partido marcado por las continuas paradas del granota Rubén Martínez, el mejor del partido, además de por la gran solidez defensiva y la falta de claridad ofensiva por parte de ambos equipos.
Los primeros minutos del partido fueron la aseveración de un tópico del fútbol, una premisa imperdible para entender este deporte: Tarde o temprano, quien falla lo acaba pagando. Tan viejo como cierto. El Aleks ruso saltó al verde de Els Arcs sin complejos, seguro de sí mismo y consciente de la importancia de derrotar a un Levante que, gracias a sus dos victorias consecutivas ante Villarreal y UD Alzira, se había consagrado como uno de los favoritos al título. No obstante, la contundencia de la zaga rival y la falta de claridad ofensiva les pesaron más que el buen juego y las ocasiones.
Tras tomar aire y cargar las piernas de cara al segundo tiempo, el guion del partido no varió ni un ápice. Dueños de la posesión y de las ocasiones de gol, la insistencia del conjunto ruso hizo mella en el área rival de un Rubén Martínez que fue agrandado su figura una y otra vez, sin fin, hasta el punto de realizar dos de las mejores paradas del campeonato. Y es que, tras una doble jugada por la izquierda de Iker Arrasco que llegó a los pies de Marc Ferriols y Brian Ramírez, el guardameta granota evitó la primera derrota de su equipo en el COTIF.