El nuevo Valencia CF de Djukic estrenó la Liga 2013/2014 con victoria ante un Málaga que, a pesar del éxodo masivo de estrellas que ha sufrido este verano, se presentó con un equipo que puso en aprietos por momentos a la zaga valencianista.
La alineación de Djukic presentó dos sorpresas: Fede Cartabia, que además de a la parroquia de Mestalla parece haber encandilado también a ‘Djuka’, y el canterano Juan Bernat, que ocupó el lateral derecho. En punta de ataque, el recién fichado Hélder Postiga y, tras él, el hombre que este año lleva el timón valencianista en el campo, Éver Banega. También llamó la atención que fuera finalmente Alves quien defendiera la portería del Valencia CF, en detrimento de Guaita. Habrá que seguir este pulso entre dos grandes porteros.
El equipo ‘che’ comenzó fuerte, poniendo en apuros a la zaga andaluza en sendos saques de esquina con peligro que acabaron despejando los de Schuster como pudieron. Pero pronto aparecería la polémica: corría el minuto 11 cuando Jonathan Viera se internaba en el área tras un rápido caracoleo en la frontal, siendo derribado por Antunes dentro del área. Álvarez Izquierdo, colegiado del partido, no vio -o no quiso ver- nada punible en la jugada.
Al cuarto de hora, Bernat se marcó una jugada de lateral de las que hacen afición, deshaciéndose de cuantos contrarios le salieron al paso, hasta que se encontró con Jesús Gámez. Ahí acabó su machada. Pero el respetable agradeció el esfuerzo de quien es llamado a convertirse en el nuevo ‘Jordi Alba’ del Valencia.
El peligro llegaba pero no terminaban los de Djukic de sorprender al Málaga, que había dispuesto una auténtica tela de araña en el centro del campo. Schuster es consciente de que la fuerza del actual Valencia reside en la zona de creación y ahí es donde colocó sus ‘torres’. Sólo cuando Banega comenzó a ‘carburar’ y desplegó sobre el césped toda su magia, se notó mejora en el ataque del Valencia. Tras un centro bien dirigido que obligó a Caballero a despejar, vino la primera falta en la que Banega intentaría llevarse a Mestalla al bolsillo. Pero no era ésta la buena. El esférico salió alto.
Pocos minutos después, el canario Viera, que tenía una buena oportunidad esta noche para encandilar a Djukic, tenía una buena ocasión en una escapada, pero su disparo se marchaba fuera por poco.
Sería la última del Valencia en la primera parte, porque en los cinco últimos minutos, fue el Málaga el que buscó con más decisión el gol, especialmente con los centros del chileno Pedro Morales, el otro ‘mago’ que marcó la diferencia en una primera parte un tanto anodina.
La segunda parte comenzó con Fede provocando la segunda tarjeta amarilla de la noche. El argentino volvió loca a la defensa malaguista todo el partido en lo que fue a todas luces un magnífico debut con los de Mestalla. En esta ocasión fue Antunes -quien ya había estado involucrado en el penalty no pitado a favor de los de Djukic- el que se llevó la cartulina.
Quien no tuvo su partido -a pesar de las expectativas creadas tras el Trofeo Naranja- fue Postiga, que tuvo una magnífica ocasión en el ’60 a pase de Joao Pereira. Eran momentos en los que el Málaga comenzaba a desembarazarse del dominio valencianista, intentando irse para arriba, pero sin demasiados recursos.
Y justo entonces, Mestalla entera saltó de alegría. Llegaba el ansiado gol, un gol de los típicos de Ricardo Costa. Un disparo de Rami que no atajó bien Caballero dejó el balón suelto en el área para que lo recogiera el portugués y lo enviara a la Red. La verdad es que el central luso se está revelando como uno de los defensas de la Liga española con mejor olfato de gol. Corría el ’65 y Mestalla comenzaba a respirar un poco.
Llegaba el minuto 70 y con él, el carrousel de cambios en ambos equipos: Fede dejaba su puesto en la mediapunta para la entrada de Feghouli, mientras que en el Málaga, el joven Samuel entraba por Duda. Un minuto después, Pedro Morales dejaba su puesto para que entrara Anderson. El chileno del Málaga se había vaciado sobre el campo hasta la extenuación.
El Málaga estiró sus líneas pero sin éxito. En el minuto 79, Banega disparaba la segunda falta sin éxito. Parecía que el segundo gol de la tranquilidad no iba a llegar, porque los de Djukic no lograban hilvanar jugadas de peligro. Ni siquiera cuando Guardado entró en el campo para darle más ‘marcha’ a la banda izquierda, aunque también es cierto que el defensa argentino del Málaga, Angeleri, estaba teniendo una actuación colosal, conjurando el peligro en muchas ocasiones, especialmente ante el lateral portugués Joao Pereira.
Ya en el ’86, Banega dejaba su puesto en la manija valencianista a favor de Canales, que recibió el aplauso de Mestalla. La afición agradeció, además de la inconmensurable clase del cántabro, aquello de “yo sí creo en este proyecto” en los días en que todo andaba convulso por las polémicas palabras de despedida de Soldado.
Y no hubo para más. El público que asistía a Mestalla estaba ya más pensando en la cama que en el partido -que acabó cerca de la una de la madrugada- y el pitido final llegó como una bendición. Victoria por la mínima para un Valencia CF que necesita más pólvora arriba. Esperemos que Pabón, que parece ya ha firmado con el Valencia CF según ha hecho público en su web oficial el propio CF Monterrey, ayude a darle más mordiente al ataque de los de Djukic.
El bueno de ‘Djuka’ dio su primera rueda de prensa post-partido oficial, y fue claro: “Necesitamos buscar más los espacios para obligar al equipo rival a estirarse”, dijo el serbio, que dijo también que le había “gustado como ha competido el equipo. Hoy no hemos destacado por el juego, hemos destacado por el trabajo. Hemos conducido mucho el balón, no hemos tocado fácil. Ellos con el juego agresivo han hecho muchas interrupciones”.
VLC Noticias / Javier Furió
Es nuestra arma para acabar con la impunidad de los más poderosos.
Te necesitamos a ti también para seguir haciendo un periodismo libre de presiones políticas y económicas
Hay mucho trabajo detrás de una noticia. Contrastar fuentes, redactar, analizar, recabar información… Pero todo esto implica unos costes muy altos, porque aunque parezca una obviedad, hacer buen periodismo, en estos momentos, es complicado.