Begoña Gómez, la esposa del presidente Pedro Sánchez, se encuentra en el centro de la polémica tras la cancelación repentina de dos de los másteres que codirigía en la Universidad Complutense de Madrid. Entre inscripciones perdidas, jueces en plan CSI y sindicatos que suenan a thriller, la historia tiene todos los ingredientes para una buena serie de Netflix… o un culebrón académico.
Másteres que van y vienen
Todo comenzó cuando Begoña Gómez, directora de los másteres de “Fundraising” y “Transformación Social Competitiva”, despertó una mañana y se encontró con una desagradable sorpresa: la Complutense decidió cancelar ambos cursos de forma “sorpresiva y unilateral”. Según Gómez, había ya 50 estudiantes preinscritos, pero la universidad contradijo esta cifra y aseguró que solo había cuatro, lo que se parece más a una clase de repaso de mates que a un posgrado.
Así que aquí estamos, en medio de un cruce de versiones digno de una partida de Cluedo. Por un lado, la Complutense dice que faltaban alumnos y que no cumplían los requisitos de renovación. Por otro, Gómez alega que el máster llevaba 11 años siendo todo un éxito y que la decisión es más rara que una paella con chorizo.
¿Qué fue antes, el máster o la polémica?
Begoña Gómez no es nueva en estas lides académicas. Lleva desde 2014 vinculada a la Complutense, justo cuando Pedro Sánchez se estrenaba como secretario general del PSOE. ¿Casualidad? En un país como España, donde incluso el jamón tiene su conspiración, esto ha dado mucho que hablar. Lo que empezó como un máster prometedor terminó en un cóctel explosivo de cancelaciones, investigaciones judiciales y un juez con ganas de indagar.
La universidad argumenta que el curso no cumplió con los requisitos para continuar, pero claro, no ayuda que Gómez esté bajo la lupa de la justicia. El juez Juan Carlos Peinado está investigando si hubo tráfico de influencias y algún trato de favor hacia la esposa del presidente, lo que pone la situación más tensa que una cuerda de guitarra recién afinada.
El lío judicial y las manos (no tan) limpias
Por si la situación no era lo suficientemente rocambolesca, la denuncia que ha puesto a Gómez en el punto de mira proviene del conocido sindicato “Manos Limpias”, que no es precisamente una ONG de caridad. Este grupo, junto con la organización ultraderechista Hazte Oír, ha metido las manos en el asunto alegando que Gómez recibió un trato especial en la universidad por ser la primera dama, algo que la UCO (Unidad Central Operativa de la Guardia Civil) no ha logrado confirmar del todo.
Por su parte, Gómez niega cualquier irregularidad y defiende que su trabajo en la Complutense fue tan transparente como un vaso de agua… pero con tanto alboroto, es difícil ver el fondo del vaso. Y mientras tanto, el rector de la universidad y varios empresarios también están en el punto de mira, añadiendo más leña al fuego.
Un máster con patrocinadores VIP
Como si fuera poco, la historia también tiene un toque financiero. La cátedra de “Transformación Social Competitiva”, que codirigía Gómez, contaba con patrocinadores de lujo: La Caixa y Reale Seguros. Estas empresas desembolsaban unos 30.000 euros anuales para que la cátedra funcionara, y todo parecía ir viento en popa hasta que, de repente, la Complutense decidió que ya no era necesaria. Y ahí es donde muchos se preguntan: ¿qué ha cambiado en este tiempo?
La respuesta podría estar en los plazos. La universidad asegura que no se pidió la renovación del máster en tiempo y forma, lo que llevó a la cancelación automática. Pero claro, cuando estamos hablando de patrocinios y cátedras, cualquier pequeño fallo administrativo se convierte en un escándalo mayúsculo. Es como olvidarse de echar la quiniela y luego enterarte de que te habrías llevado el bote.
El efecto LinkedIn
No contenta con quedarse callada, Begoña Gómez llevó su queja a LinkedIn, esa red social donde la gente va a contar sus logros, sus desahogos laborales y, de vez en cuando, alguna indirecta para el jefe. Ahí fue donde denunció que el cierre del máster era completamente anómalo y que iba en contra del objetivo de la universidad, que no es otro que formar alumnos en disciplinas tan necesarias como la captación de fondos. Porque sí, el fundraising puede parecer un concepto lejano, pero es esencial en estos tiempos donde, si no pides dinero con elegancia, acabas haciendo crowdfunding para el café de la mañana.
Con un tono firme pero algo indignado, Gómez dejó claro que la decisión de la Complutense le parecía tan extraña como un bar sin tapas. Y lo cierto es que su post no ha pasado desapercibido. Las redes sociales se encendieron como una traca valenciana, con opiniones divididas sobre si el cierre del máster era justificado o si simplemente era otro caso de “cuestiones políticas”.
¿Y ahora qué?
Pues eso mismo nos preguntamos todos. El juez sigue investigando, la Complutense parece haber dado por cerrado el capítulo, y Begoña Gómez, entre másteres cancelados y cursos fallidos, se encuentra en un limbo académico y mediático. De momento, la Universidad ha dejado la puerta entreabierta para que los másteres puedan volver el año que viene. Pero claro, con todo este escándalo de por medio, ¿quién querría inscribirse ahora en un máster con tanta controversia?
Lo que está claro es que la historia de Begoña Gómez y la Complutense no ha terminado. Queda por ver si el juez Peinado logra desenredar este enredo académico, si Manos Limpias sigue metiendo el dedo en la llaga, o si, al final, todo esto no era más que un malentendido administrativo.
¿Te inscribirías en un máster con tanta polémica detrás?
Ahora la pregunta va para ti, lector. ¿Te atreverías a inscribirte en un máster después de todo este culebrón? ¿O prefieres buscar un curso con menos drama y más apuntes? ¡Cuéntanos tu opinión, que aquí cualquier máster de la vida se acepta!