Estamos sufriendo una crisis sanitaria sin precedentes en España, con una cantidad de infectados que ronda los 220.000 y más de 25.800 fallecidos a causa del Coronavirus, que ha afectado principalmente a los grandes núcleos de población, por lo que el confinamiento de los ciudadanos y limitar las aglomeraciones en los medios de transporte públicos, han sido medidas primordiales para controlar la pandemia.
Ese ha sido nuestro pasado más reciente, el presente está mostrando una progresiva reducción de infectados y fallecidos por Coronavirus, y el futuro pasará por un gestión eficiente del transporte público para evitar un repunte de contagios por el virus CoVid19.
Es por ello que la paralización de inversión anunciada por el Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana, que afecta al aumento del número de unidades de Cercanías y Media Distancia, fomentará continuar en las condiciones del pasado reciente: cancelaciones y retrasos en los servicios para los usuarios del transporte por ferrocarril. El resultado inmediato será la vuelta a las aglomeraciones de personas durante los viajes, gravísima noticia si nos encontramos ante un repunte de la enfermedad, como ya se ha demostrado; y a la que los expertos apuntan a su posible aparición a partir de septiembre.
La gestión del gobierno va de la mano junto a la de la dirección de la empresa RENFE Operadora, que está demostrando una ineficaz gestión de las plantillas que realizan los diferentes servicios en el transporte ferroviario. Hace unas semanas Renfe Operadora desestimaba renovar el contrato con la empresa Ferrovial, por la gestión de la restauración y servicios a bordo de trenes AVE y Larga Distancia de RENFE. Este hecho suponía el despido de una plantilla de 2000 trabajadores y provocó la intervención, con acuerdo posterior del Gobierno, para la paralización de esta cancelación del contrato por parte de RENFE.
Por todos es conocida la mala gestión de la empresa pública, denunciada por ASIMAFE (Asociación Sindical Independiente de Maquinistas Ferroviarios) en los meses previos al inicio de la pandemia, por la falta de maquinistas para realizar los servicios de Cercanías en ciudades como Valencia, donde se suprimían una media de 21 trenes diarios. Estas denuncias por parte de los usuarios y ASIMAFE, que fue el único colectivo sindical que denunció esta falta de profesionales para la realización de los servicios, provocaron el tardío pero necesario movimiento del Gobierno Valenciano y de la empresa RENFE para aumentar el número de maquinistas.
La caída de usuarios, y por tanto de los servicios, a causa del estado de alarma aprobado por el Gobierno, ha conllevado una acusada disminución de los ingresos, llevando a RENFE a una situación crítica para el pago de nóminas, lo que ha provocado el inicio de negociaciones con entidades bancarias para solicitar ayuda financiera. Con esta falta de recursos económicos y ante la imposibilidad de solicitar un ERTE (Expediente de Regulación Temporal de Empleo), la empresa pública ha iniciado un proceso acelerado para gestionar la totalidad de prejubilaciones programadas para el 2020. Esta medida aliviará el presupuesto para el pago de nóminas, ya que las condiciones salariales de los trabajadores más antiguos comparadas con las condiciones de las nuevas incorporaciones son muy desiguales. Los nuevos maquinistas contratados por Renfe no perciben nóminas tan elevadas como los maquinistas que se han ido jubilando estos últimos años.
Las prejubilaciones tienen como consecuencia una disminución de la plantilla, y sumado a la imposibilidad de habilitar a nuevos maquinistas a causa de las medidas preventivas de contagio por Coronavirus; vuelve a crear una deficiencia en el número de profesionales para la circulación de trenes en el momento que cese el estado de alarma. Las posibles nuevas contrataciones de personal de conducción se realizan por oposición, posibilidad que está paralizada debido al estado de alarma hasta el momento en que se autoricen las reuniones, por lo que no es posible la realización de las pruebas selectivas para la incorporación de futuros maquinistas en Renfe Operadora.
ASIMAFE: “Conocida la necesidad de inversión de unidades de trenes en la red de Cercanías y Media Distancia, es preocupante que el Gobierno haya elegido congelar 4.500 millones para la compra de nuevas unidades. Sin embargo, continúan aprobando partidas presupuestarias para los partidos políticos o colectivos sindicales, entre otras medidas como el aumento de salarios a representantes políticos,… y así otras miles de decisiones que no benefician a la mayoría de la población.”
ASIMAFE: “La ineficaz actuación del Comité de Empresa, apoyando la nefasta gestión de RENFE, favorece las cancelaciones de trenes en todo el territorio nacional. No han trabajado durante estos años en denunciar la falta de profesionales; no han conseguido promover la contratación de maquinistas suficientes para evitar las cancelaciones de trenes; provocando año a año un descontento cada vez mayor hacia su gestión.”
ASIMAFE: “Sólo se han contratado unos 1.800 maquinistas en estos últimos 5 años. Según nos informan compañeros de Renfe, temen volver a la falta de compañeros para la realización de servicios en el momento que se retomen al 100% los tráficos programados. Recordemos que el colectivo de maquinistas ha estado al pie del cañón, durante el Estado de Alarma, realizando su actividad laboral de manera continuada con el riesgo elevado a contagiarse por Coronavirus.”
ASIMAFE: “Esta situación es un caldo de cultivo para provocar un caos en el servicio público del transporte ferroviario dentro de unos meses. La apuesta por el servicio ferroviario en España tanto en mercancías como para viajeros sigue siendo insuficiente, a pesar de que, siempre se le reconoce que es la apuesta de futuro y el servicio de transporte más ecológico. La desmotivación de los usuarios ante su falta de puntualidad ha creado una disminución de usuarios, que frente al futuro que se nos avecina será cada vez mayor. Es por ello necesaria una gestión empresarial de primer nivel al frente del grupo Renfe, debería ser uno de los primeros pasos a dar por el Gobierno. Renfe no puede ser un centro de colocación de recursos humanos agradecidos; sino un ejemplo de empresa rentable y eficaz para su utilidad pública.”
Foto: Diferentes unidades de tren de RENFE Operadora, que realizan los servicios de viajeros por ferrocarril.