La “sitcom”, que será estrenada el próximo 3 de enero por Fox, muestra con una brutal sátira la convivencia entre una familia mexicana y una norteamericana en el sur de California
“Bordertown” se estrenará el próximo 3 de enero por Fox
La cadena norteamericana Fox tendrá una nueva serie animada para adultos de la mano de Seth MacFarlane, el autor de Padre de Familia. El nuevo proyecto se llama “Bordertown” (“Ciudad fronteriza, en inglés), que lleva dos años sin poder salir a escena, pero finalmente tendrá su estreno el próximo 3 de enero de 2016.
La historia transcurre en una ciudad norteamericana cerca a la frontera con México y muestra la convivencia entre dos familias: los Buckwald y los González. Los primeros son ciudadanos estadounidenses del sur de California, que creen que cuentan con más derechos que los inmigrantes mexicanos que viven en su mismo pueblo.
El padre de los Buckwald es Bud, un agente fronterizo poco tolerante, que suele tener una mirada más pesimista de la vida.
La serie garantiza una brutal sátira minada por el racismo, la xenofobia, los cárteles narcotraficantes, alcaldes corruptos e incluso el mismo Papa, con la que ofrece una mirada sobre un nuevo prototipo de ciudad americana, según consigna The New York Times.
El guionista de la serie también es el mismo de Padre de Familia, Mark Hentemann, mientras que MacFarlane es su productor ejecutivo.
“Bordertown” llega a la pantalla chica en un momento álgido sobre la cuestión de la inmigración. Uno de los puntos más polémicos en la carrera presidencial, que tiene al precandidato republicano Donald Trump en el ojo de la tormenta por sus fuertes declaraciones contra la comunidad inmigrante y los mexicanos en particular, a quienes llegó a considerar de “criminales y violadores”.
Es nuestra arma para acabar con la impunidad de los más poderosos.
Te necesitamos a ti también para seguir haciendo un periodismo libre de presiones políticas y económicas
Hay mucho trabajo detrás de una noticia. Contrastar fuentes, redactar, analizar, recabar información… Pero todo esto implica unos costes muy altos, porque aunque parezca una obviedad, hacer buen periodismo, en estos momentos, es complicado.