El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, ha tenido que apartarse de la agenda pública en el inicio de un nuevo curso debido a un accidente doméstico sufrido en su casa de Sinarcas, que le provocó la rotura de tres costillas. Así lo confirmaron ayer fuentes del Arzobispado de Valencia, que precisaron que el purpurado se encuentra descansando en su domicilio por prescripción médica.
Cañizares sufrió una caída hace unos días mientras descansaba en su localidad natal por vacaciones y se recuperaba de los problemas de salud derivados de su viaje a varios países de Latinoamérica el pasado julio. Aunque tras esta caída en casa se marchó a misa, comentaron las mismas fuentes, acudió al médico debido a los dolores y se optó por su ingreso en un centro hospitalario, donde permaneció en observación al tener tres costillas fracturadas y magulladuras en el cuerpo.
Actualmente, el cardenal ha recibido el alta y la previsión es que el próximo lunes se incorpore el trabajo y presida el consejo de gobierno. Fuentes del Arzobispado transmitieron el agradecimiento de Cañizares por «las muestras de cariño recibidas durante estos días y por las oraciones de los valencianos».
La ausencia de Cañizares se hizo patente ayer en el encuentro anual con los profesores de los colegios diocesanos con motivo del arranque del curso escolar. Celebrado en La Salle (Paterna), en esta ocasión estuvo presidido por el obispo auxiliar Esteban Escudero, quien trasladó a los asistentes el motivo de la ausencia del cardenal.
El año pasado, por estas mismas fechas, el máximo representante de la diócesis valenciana ya había participado en la fiesta de la transverberación de Santa Teresa en Ávila, en la misa en honor a los patronos de la pedanía de La Punta y en la apertura de curso de la Universidad Católica de Valencia. Precisamente la celebración de este acto, previsto para el miércoles 11, podría ser la reaparición pública en Valencia de Cañizares, cuyo última aparición data del 15 de julio en la inauguración de los cursos de verano de la institución académica.
Un día después inició un viaje de dos semanas por Chile, Perú y Ecuador. A su regreso estuvo dos días hospitalizado por consejo médico debido a la fatiga acumulada, fiebre y síntomas de deshidratación. De hecho, el arzobispo no presidió la misa en la catedral por la festividad de la Asunción.