Recientemente, Carlos Aguilar acaba de publicar un excelente libro, ‘Cine y Jazz’(Cátedra 2013) que, a modo de completísimo diccionario, desglosa las múltiples capas que interrelacionan, desde sus orígenes, el universo del jazz con el cine. Cada entrada supone la reseña de una película, el perfil de un músico o director, el repaso melódico de una banda sonora…, un paso en la historia conjunta de cine y jazz… Louis Armstrong, Ella Fitzgerald, Duke Ellington, Pedro Iturralde, Billie Holiday, ‘Anatomía de un asesinato’, ‘Con faldas y a lo loco’, ‘West Side Story’, ‘Danzad, danzad, malditos’, ‘Bird’, Quincy Jones, Cole Porter, Henry Mancini, Clint Eastwood, Woody Allen, Spike Lee, Jesús Franco, Louis Malle…
Un atractivo, ambicioso e interesante recorrido, heterogéneo y atinado, que el lector podrá degustar al ritmo cadencioso de un buen disco, o explorar como libro de consulta. Pero siempre como un gran trabajo literario y de investigación.
Nieto de un músico astorgano que había tocado en salas durante el período del cine mudo y después regentó cines, Carlos Aguilar (Madrid, 1958) es historiador cinematográfico y novelista. Cuenta con una docena de premios, y sumando autorías individuales, compartidas y colectivas a lo largo de veinticinco años, ha publicado cerca de setenta libros, entre España, Italia y Alemania, de los cuales el más célebre es la ‘Guía del Cine’.
El Péndulo de VLCNoticias, charló con Carlos Aguilar para conocer el génesis de tan magna obra y su estrecha relación con el mundo del jazz y…, como siempre, su saber y su amabilidad invitan a próximos encuentros y charlas.
El Péndulo: La portada es definitoria: Ella Fritzgerald, iconográfica vocalista de jazz y Marilyn Monroe, otro mito del cine, unidas en una foto pero… ¿Por qué dos mujeres cuando el mundo del cine y el jazz está plagado de referencias tan poderosamente masculinas?
Carlos Aguilar: Pues precisamente por eso, para asombrar pero dentro de una lógica y de una intencionalidad. Puesto que, de entrada, Ella Fitzgerald fue una cantante que hizo varios papeles de actriz, y muy bien, mientras que Marilyn Monroe fue una actriz que también cantó, asimismo estupendamente. La concordia entre ambas que entraña la foto sintetiza pues el sentido último del libro, o sea la reunión de ‘Cine y Jazz’, amén del estético contraste físico y étnico entre ambas
E.P.: Aunque nombras a muchos creadores y músicos, hay algunos como Ken Hamilton (BSO de ‘Mambo’, de Robert Rossen, 1954), que no tienen entrada propia, ¿te costó dejar músicos o intérpretes fuera?
C.A.: Por supuesto que me costó, pero no había más remedio. Debí seleccionar, de lo contrario el libro sería interminable, pues la mayoría de la gente de Jazz ha tenido algún vínculo con el cine, y casi todos los compositores fílmicos han incorporado jazz en algún momento de sus bandas sonoras.
E.P.: Tu libro se adentra en el documental, el dibujo animado, la edición de discos…, ¿además de ser una exhaustiva revisión del jazz en el cine deseabas dar a conocer otros espacios donde el jazz juega un papel vinculante?
C.A.: Sí, en efecto. El planteamiento estriba en iluminar las relaciones entre Cine y Jazz desde todos los ángulos posibles, en aras de una diversidad chispeante y reveladora.
E.P.: El libro está plagado de imágenes de films y portadas de discos, ¿supongo que tuviste que hacer una gran selección a la hora de elegir fotos e imágenes?
C.A.: No te puedes imaginar. La primera selección rozaba las mil imágenes, de las cuales debí sacrificar unas trescientas. Con todo, la selección definitiva me encanta y la asumo al completo, por razones de cantidad, belleza y representatividad: fotos y carteles de películas, instantáneas de actuaciones, retratos de músicos y cineastas, portadas de discos, fachadas de clubs y salas… incluso sellos de correos. Además, procedentes de países y épocas de toda índole.
E.P.: No cabe duda que este libro es muy personal ya que en la introducción rememoras tu infancia y tu placer por el jazz y el cine y expresas tus opiniones respecto a los films y sus músicos, ¿crees que el lector o el aficionado formará parte de esta complicidad?
C.A.: Bueno, ésa es la intención. Que el lector conecte con el entusiasmo que ha presidido mi trabajo un año tras otro, tantos que ni recuerdo, y con base en esto aprenda de forma entretenida.
E.P.: En el libro también aparecen los jazzman españoles y aquellos films que contaron con bandas sonoras jazzísticas, ¿crees que el cine español aún debe explorar más el territorio del jazz en sus propuestas?
C.A.: Sí, naturalmente, aunque tampoco debemos lamentar una falta de atención excesiva. No por azar ni por capricho en mi libro el cine español está muy representado, bajo todas las modalidades contempladas, incluso la edición de discos.
E.P.: ‘Cine y jazz’ es enormemente didáctico y completo, los aficionados lo agradecerán pero ¿abordarías una edición donde el jazz latino, el tango jazz (Piazzolla, por ejemplo), la bossa jazz, jazz progresivo… tengan cabida propia dado su intervención en el mundo del cine?
C.A.: Bueno, todas esas modalidades que mentas están contempladas en el libro, cuando se justifican lo suficiente y en mayor o menor medida. Por ejemplo, el Jazz latino, exaltado sin ir más lejos en una película, además española, como es ‘Calle 54’, de Fernando Trueba. Sucede que, como comentaba antes, había que acotar, necesariamente. Bien que lamenté, sobre todo, excluir un montón de genios del jazz español que me he visto obligado a dejar fuera pues apenas han trabajado en el cine, como Chano Domínguez y Jorge Pardo o mitos americanos del nivel de Charlie Parker y Cannonball Adderley. Pero ya se advierte en el prólogo que el libro busca ser representativo pero no pretende ser exhaustivo, porque esto sería imposible.
E.P.: Carlos, felicidades y mil gracias por responder a nuestras preguntas y felicidades por tan excelente obra.
C.A.: Gracias a vosotros, así como a la editorial Cátedra, que desde el primer momento confió en el proyecto y en mi capacidad para coronarlo debidamente, y a mi esposa, la escritora canadiense Anita Haas, que me animó lo indecible en los momentos en que la magnitud del planteamiento me desbordaba.
El Péndulo de VLCNoticias/Jimmy Entraigües