Arqueólogos de la Universidad Autónoma de Barcelona han descubierto una construcción palacial con una sala de audiencias que constituye el primer recinto específicamente político construido en la Europa continental. Entre los hallazgos, que revelan la singular riqueza arqueológica del yacimiento La Almoloya de la Región de Murcia, destaca una diadema de plata de gran valor científico y patrimonial, la única de su época que se conserva hoy en España, así como cuatro dilatadores de oreja en oro y plata.
Una excavación llevada a cabo por un equipo del departamento de prehistoria de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) el pasado agosto ha sacado a la luz el rico patrimonio histórico y arqueológico de La Almoloya, un yacimiento ubicado en Pliego (Murcia), que fue cuna de la sociedad de ‘El Argar’ que habitó el sureste de la península ibérica durante la Edad del Bronce.
La Almoloya se halla sobre un cerro escarpado y amesetado que domina un extensísimo territorio. Este emplazamiento estratégico privilegiado favoreció su ocupación durante más de seis siglos, entre 2200 y 1550 antes de nuestra era. El yacimiento fue dado a conocer en 1944 por Emeterio Cuadrado y Juan de la Cierva.
Los descubrimientos realizados indican que La Almoloya era un centro de concentración política y riqueza de primer orden dentro del territorio político de El Argar –yacimiento situado a un centenar de kilómetros al sur, en Almería– y arrojan nueva luz sobre la política y las relaciones de género en una de las primeras sociedades urbanas de Occidente.
Un edificio palacial y nuevo estilo argárico
Los hallazgos incluyen una trama urbana compuesta por edificios con su utillaje completo, así como decenas de tumbas provistas en su mayoría de ofrendas. Esta trama, así como la solidez y maestría en la construcción que presenta el yacimiento son, según los arqueólogos, únicas en la Prehistoria europea continental.
Las excavaciones indican que toda la meseta de La Almoloya, de 3.800 metros cuadrados, estuvo densamente ocupada por varios complejos residenciales de unos 300 metros cuadrados, formados por entre ocho y doce habitaciones cada uno.
Los edificios estaban construidos con muros de piedra trabada con argamasa, revestidos con capas de mortero que contenía cal. Algunas paredes contaban con estucos decorados con motivos geométricos y naturalistas, una novedad que supone el descubrimiento de un estilo artístico argárico.
Entre los hallazgos, destaca una amplia sala de techos altos y unos 70 metros cuadrados, con capacidad para unas 64 personas sentadas en los bancos que se adosan a sus paredes y dotada de un gran hogar ceremonial y un podio de carácter simbólico. Se trata de un edificio singular de carácter político, que los investigadores interpretan como sala de audiencias o reuniones de gobierno.
Los arqueólogos afirman que es la primera vez que se constata en Europa Occidental un recinto especializado en el ejercicio del gobierno, desde el que se regiría la vida de muchas otras comunidades de la región.
Solo las grandes civilizaciones orientales presentan por la misma época construcciones equiparables en estructura y función
Esta sala y sus dependencias anexas configuran un gran edificio que los investigadores califican de palacial. Y destacan el hecho de que solo las grandes civilizaciones orientales presentan por la misma época construcciones equiparables en estructura y función.
En el interior de los edificios se han recuperado numerosos objetos de metal, piedra, hueso, fibras textiles y cerámica, en un estado de conservación excepcional.
Una tumba principesca con piezas de gran valor
De la cincuentena de tumbas excavadas en el subsuelo de los edificios de La Almoloya, destaca una, ubicada en un lugar de privilegio, junto a la cabecera principal de la sala de audiencias, en cuyo interior se han hallado los restos de un hombre y una mujer que se enterraron flexionados, acompañados de una treintena de ricas ofrendas en metales nobles y piedras semipreciosas.
Una de las piezas más relevantes es una diadema de plata que ceñía el cráneo de la mujer. Se trata de un descubrimiento de gran valor científico y patrimonial, por cuanto las otras cuatro diademas conocidas proceden de un único yacimiento -El Argar, en Almería-, fueron descubiertas hace más de 130 años, y ninguna de ellas de conserva hoy en España. También se han hallado cuatro dilatadores de oreja, objetos igualmente inusuales de la época, dos de oro macizo y dos de plata.
El protagonismo de la plata resulta especialmente notable, ya que a las anteriores hay que sumar nueve piezas más entre anillos, pendientes y brazaletes. También se han hallado en plata los clavos que sujetaban el mango de un bello puñal de cobre.
Sin embargo, una de las piezas más admirables es un vasito cerámico cuyo borde y cuerpo aparecen cubiertos por finas láminas de plata cuidadosamente ajustadas, en lo que constituye un ejemplo pionero de orfebrería argéntea vascular.
La última de las piezas que cabe destacar es un punzón metálico provisto de una punta de cobre y un mango enteramente forjado en plata. Se trata de una pieza única, que asombra por la perfección de su factura y la cuidada decoración acanalada que adorna su extremo proximal.
En opinión de los investigadores, los hallazgos realizados en La Almoloya revisten una enorme relevancia histórica y patrimonial. Su interés trasciende la escala local y se sitúa a un puesto de primer orden a nivel continental. Se trata de descubrimientos únicos, aseguran, que suman a su valor intrínseco el hecho de estar perfectamente contextualizados y cuya conservación, estudio y divulgación son totalmente necesarios.
Una de las piezas más admirables es un vasito cerámico cuyo borde y cuerpo aparecen cubiertos por finas láminas de plata cuidadosamente ajustadas
La Almoloya encierra muchas otras incógnitas y abriga grandes expectativas para excavaciones futuras. Completar la compleja trama urbana y desvelar los detalles de la primera arquitectura política occidental son sólo algunos de los retos pendientes, concluyen los investigadores.
Un equipo experto en la cultura argárica
El equipo a cargo de las investigaciones arqueológicas en La Almoloya está dirigido por los profesores de la Universidad Autónoma de Barcelona Vicente Lull, Rafael Micó, Cristina Rihuete y Roberto Risch.
Este mismo equipo ha realizado con anterioridad importantes descubrimientos en La Bastida, otro yacimiento murciano de la Edad del Bronce. Entre los años 2008 y 2012, sacaron a la luz una gran fortificación y numerosas construcciones distribuidas por toda la ciudad argárica.
Las excavaciones realizadas en La Almoloya han contado con la financiación conjunta del grupo empresarial CEFU, S.A., propietario de los terrenos donde se halla el yacimiento, y de la Universidad Autónoma de Barcelona, así como con el apoyo técnico de la Consejería de Educación, Cultura y Universidades de la Región de Murcia.
Presentación en el Museo Arqueológico de Madrid
Los descubrimientos de La Amoloya centran hoy un acto en el Museo Arqueológico de Madrid,que se celebra a las 18 horas. Los investigadores de la UAB Vicente Lull, Rafael Micó, Cristina Rihuete y Roberto Risch presentarán los hallazgos y disertarán sobre la importancia de La Almoloya y La Bastida para el estudio de la Edad del Bronce y la cultura argárica.
También intervendrán los investigadores Kristian Kristiansen, de la Universidad de Goteborg, y Robert Chapman, de la Universidad de Reading, que hablarán de los yacimientos murcianos en relación a las sociedades de la Europa continental y el conocimiento de las relaciones políticas de la Edad del Bronce.