Falta una semana exacta para la noche de la ‘Plantà‘, en la que toda la ciudad tendrá entre sus muchos monumentos cerca de 800 más entre fallas grandes e infantiles. Como marca la tradición, comenzamos con esta incursión en el centro urbano nuestro particular periplo fallero, que nos llevará por el mundo nocturno de estas Fallas 2014 que ahora ya sin lugar a dudas, ya se respira por cada rincón de nuestra amada Valencia.
Para muchos visitantes que no conocen demasiado la ciudad o que visitan las Fallas por primera vez, el primer paso para vivir de forma concentrada la fiesta es cruzar el antiguo cauce -si estás del lado del Museo San Pío V- o de adentrarte Torres de Serrano para adentro -si estás en la otra orilla-. Nosotros escogemos entrar por la calle Navellos, cuya vida nocturna ha revivido en los últimos dos años, para desembocar en la plaza de la Virgen. Siempre es un impacto de Historia a capazos llegar tranquilamente desde esta calle peatonal y tropezarse con esto:
Esta noche, la plaza tiene un punto más de vida en su interior que otros sábados. Esto ya comienza su ebullición hacia el callejeo fallero de la semana que viene, que poblará como nunca nuestro núcleo histórico. Dentro de diez días, esta plaza se llenará hasta la bandera para construir con flores un manto para la Patrona, para la Mare de Déu, que le da nombre.
Callejeamos desde la plaza de la Reina hasta la plaza Lope de Vega y de nuevo, una calle estrecha repleta de vida nos reserva, en su esquina, otra escena típica de las Fallas junto a un monumento que ya acumula piezas listas para ser ensambladas. Es la Falla Plaça del Mercat, que este año vuelve a recibir el honor máximo de militar con su falla grande en la Sección Especial. Y además, La Fallera Mayor de Valencia pertenece a esta comisión. ¿Podrán tener más premio este año?
De entre las piezas cubiertas por el plástico descubrimos una, puesta en pie, que ya se ha desprendido del embalaje. La sonrisa es inevitable: una réplica fallera del Micalet, que nos sugiera que quizás la elección para no tener ya el plástico cubriéndola no haya sido casual…
Si visitamos El Mercat, no podemos dejar de pasar por la Plaça de la Mercé. Con éste lleva dos años en Sección 1ª A, pero todos sabemos que esta comisión es de Sección Especial. Es un accidente temporal el que no esté con las mejores, como lo estuvo de forma ininterrumpida desde tiempos inmemoriales. Una de las más antiguas de Valencia, y también una de las que más mérito muestran con cada plantà, con cada cremà… Bravo por estos falleros que, aun no siendo grandes en número, sí lo son en espíritu e ilusión falleras.
Pasamos de puntillas por la cercana plaza del Ayuntamiento -aún no hay nada, está previsto que se dé comienzo al montaje el lunes a eso de las 11 horas-. Increíble. Aún falta algo más de una hora para la mascletà de colores -programada para las 24 horas- y ya hay buena cantidad de personal aguardando para coger el mejor sitio. Esto huele a llenazo…
Pero aún tenemos tiempo para seguir nuestra ronda fallera. Llegamos hasta la Estación del Norte y, a su izquierda, vemos una bonita estampa de la Plaza de Toros cubierta su fachada con los carteles de la Feria taurina de Fallas 2014. Desviamos nuestra mirada y nuestros pasos a la derecha, para entrar en los dominios de la laureada Convento Jerusalén – Matemático Marzal, una falla que suele sorprender por una monumentalidad que desafía una más que evidente escasez de espacio. Pero el arte es atrevido, y la comisión presidida por Barrachina se supera a sí misma año tras año.
Dejamos atrás el pórtico luminoso de entrada a la calle Convento Jerusalén y bajo ese pasillo de rosas luminosas vamos adentrándonos hasta llegar a la confluencia con Matemático Marzal y contemplar los trabajos de montaje de la monumental falla -lógicamente en sus primeros estadios- pero nos llama la atención la presencia de la maqueta a escala de la falla de este año. Pedro Santaeulalia no decepciona nunca…
Aquí queda mucha tela que cortar… Volvemos atrás por la calle San Vicente, no sin antes detenernos en el vetusto ‘New York’, donde seguimos teniendo buenos amigos y es ahí donde hacemos parada técnica para tomar ese ‘cortao’ que nos hace falta. No hace frío, pero la humedad hace lo suyo. Y pies tenemos sólo dos.
Y seguimos camino, dejando San Agustín a nuestra derecha, para llegar hasta el antiguo Hospital y detrás, la mítica Plaza del Pilar. Un milagro hecho falla año tras año, aunque no se le recompense como se merece. Lo de estos falleros es arte y lo demás son tonterías.
Un bufón real y la falda de una más que probable cortesana de época nos reciben, junto a la lógica grúa que protagonizarán los trabajos de montaje de una de las más bellas fallas de la ciudad. Y es que, con o sin premio, El Pilar es El Pilar, una fija en todo recorrido fallero que se precie.
Rodeamos la Falla por los callejones aldeaños y una montaña de maderos, preparados para formar parte de la estructura de la falla, nos demuestra lo laborioso del montaje y que, definitivamente, aquí también queda ‘tela’ de ‘curro’… De ahí que se empiece tan pronto: porque si no, no da tiempo. Volveremos por aquí, sin duda.
Ya nos queda poco ‘fuelle’. Y es que es la primera noche de ‘ronda fallera’, tampoco hay que abusar. Decidimos cerrar esta ‘ronda fallera previa’ con la visita a Na Jordana, aunque algo me dice que aún es pronto para ver algo allí…
Lo dicho. Aquí se está preparando algo grande, a juzgar por los grandes velos que rodean el espacio que parece preparado para albergar la falla de Na Jordana de este año. Pero en su lugar hay un hueco. Recordando el traslado de aquel caballo de Troya del año pasado, algo nos dice que la plantà de esta falla va a ser algo grande este año…
Definitivamente, los pies comienzan a pensar solos y nos mandan ‘derechitos para casa’. Pero puestos a volver, visitemos a nuestro amado San José, cuyo monumento en su honor, en mitad de su puente, nos acoge generoso en una Fiesta que pese a llevar su nombre, se acuerda poco de él. Quizás la luna…
Pero aún nos aguarda la última tentación de la noche: Doctor Olóriz nos recibe, al otro lado del puente, con una multitudinaria verbena. Desde la ‘desembocadura’ de la calle en Guadalaviar hasta el escenario, sólo se ven cabezas… ¿Caemos presa del encanto festero o hacemos caso de nuestros ajados pies? Tendréis que leer el próximo capítulo para saberlo.
VLC Noticias | Javier Furió. Fotos: Javier Furió