El cambio de horario «no tiene ningún sentido» según los expertos en trastornos del sueño, quienes sugieren que lo ideal sería quedarse en el horario de invierno. La modificación del horario provoca un déficit de sueño que tiene como consecuencia somnolencia acumulada, falta de concentración y un aumento de los accidentes de tráfico. El cambio horario alarga las horas de luz, lo que retrasa la hora de dormir y puede aumentar el déficit crónico de sueño en la población. Además, la madrugada del sábado al domingo en la que los relojes pasan de las 02:00 a las 03:00 horas, puede tener una «especial afectación» en bebés y ancianos durante la primera semana.
El jefe de la Unidad del Sueño del Hospital Quirónsalud Valencia, Gonzalo Pin Arboledas, explica que la luz exterior nos manda al cerebro el mensaje de que estamos cansados y llevamos mucho tiempo despiertos, pero que con esa luz «no es el momento de acostarse». Algunas estadísticas inciden en que durante los primeros días posteriores al cambio horario se produce un incremento de los accidentes de tráfico debido a la somnolencia que produce la falta de sueño.
Pin es partidario de dejar el horario de invierno, que acerca más al meridiano de las sociedades científicas, a pesar de que la gente quiera tener más horas de luz y salir más. El déficit crónico de sueño aumenta la diabetes tipo 2, la obesidad y los accidentes, lo que tiene un coste para la sociedad. Según Pin, dos de cada cuatro españoles tienen dificultades para dormir, aunque no hay estadísticas que indiquen cuándo se incrementa la incidencia de estos problemas durante las semanas o meses siguientes a los cambios horarios.