El espacio que la obra del pintor Joaquín Sorolla ocupa en el San Pío V sigue creciendo hasta el punto de que su sala se ha transformado prácticamente en “un museo dentro del museo”. De hecho, la pinacoteca acaba de incorporar, mediante cesiones de particulares e instituciones, 14 nuevos óleos, varios de ellos nunca expuestos anteriormente, que suponen que los fondos del artista lleguen ya a las 57 piezas.
Así lo ha destacado la consellera de Turismo, Cultura y Deporte, Lola Johnson, que presentó la nueva ampliación de la Sala Sorolla del Museo de Bellas Artes de Valencia junto al secretario autonómico, Rafael Ripoll, y la directo del centro expositivo, Paz Olmos.
Con este crecimiento, las creaciones del autor se muestran en 400 metros cuadrados y se distribuyen en diversos espacios que repasan los ejes de su trayectoria. De este modo, una primera zona se centra en el retrato para dar paso a un lugar en el que los cuadros de Sorolla conviven con la escultura de Mariano Benlliure. Seguidamente, se ha acondicionado una sección familiar y el recorrido culmina con una panorámica de sus paisajes. También se ha habilitado una pequeña zona dedicada al postsorollismo, en concreto a su yerno Francisco Pons Arnau y a María Sorolla, formada por las obras que posee ya el San Pío posee más cinco de un depósito de colección particular.
De las 14 obras que se suman al conjunto tres proceden de entidades. Se trata del Museo del Prado, que ha cedido por un período de cinco años ‘El niño Jaime García Barnús’; el IVAM, que aporta por un año ‘Ráfaga de viento’, y el Museo Lladró, que, a través de un reciente acuerdo de intercambio artístico con la Generalitat, presta ‘Patio del Cabañal’.
Además, de las 11 obras salidas de colecciones particulares, y que estarán depositadas en el museo por tres años prorrogables, un total de siete son “inéditas”, ha señalado Paz Olmos, que ha subrayado que esto hace que el San Pío V se convierta en un “punto de referencia y lugar de paso ineludible para los investigadores y estudiosos”.
La directora ha destacado el “magnífico” ‘Autorretrato’ de 1915, dedicado a su yerno Francisco Pons Arnau, de colección particular y los retratos de la infancia de sus hijos, especialmente el que le inspiró su hija María con blusa roja, obra que nunca se había exhibido.
VLCCiudad/Redacción