El pasado viernes 28 de marzo, un afortunado en Austria ganó el mayor premio en la historia del Euromillones, llevándose a casa 250 millones de euros. Esta cantidad resulta ser 50 millones mayor que lo que el ganador habría recibido de ocurrir el sorteo en España debido a las diferencias en las retenciones fiscales. En España, los premios de lotería que superan los 40.000 euros están sujetos a un impuesto del 20%, lo que habría significado un premio neto de menos de 200 millones. Sin embargo, en Austria, no se aplican retenciones directas sobre los premios de lotería, permitiendo al ganador cobrar la totalidad del importe. Solo se consideran impuestos de inversión si el dinero se utiliza de esa manera. En contraste, Portugal aplica una retención del 20%, eximiendo los primeros 5.000 euros, mientras que en Suiza se aplica un 35% sobre las cantidades que superan los 1.000 CHF.
El ganador tendrá hasta el 29 de marzo de 2028 para reclamar su premio, ya que en Austria el plazo para cobrar es de 3 años, un lapso significativamente mayor al de España, donde solo se dispone de 90 días.
El día del sorteo, 28 de marzo, la gran cantidad de apuestas registradas provocó un colapso en el sistema de Française des Jeux (FDJ), la compañía francesa encargada de la lotería. Según el portal Tirage Gagnant, se registraron más de 66 millones de apuestas en una docena de países. A causa de este colapso, varios de los ganadores, a pesar de tener premios menores a los 250 millones, no han podido cobrar sus ganancias. “Estamos trabajando arduamente para asegurar que los jugadores puedan acceder a sus premios con total normalidad”, comunicaron representantes al diario ‘Le Figaro’.