Cuando el norteamericano David Ives estrenó su versión de ‘La Venus de las pieles’, una creativa adaptación más bien de la novela de Leopold von Sacher-Masoch publicada allá por 1870, lo hizo en un pequeño teatro pensando que la obra, aunque funcionara bien, quedaría reducida al circuito off. Su sorpresa llegó cuando al poco tiempo la obra empezó a ser solicitada por las salas más destacadas del territorio norteamericano y situarse entre lo más granado del mismísimo Broadway. Además de este meteórico recorrido escénico, ‘La Venus de las pieles’ de Ives encontró una notable repercusión mundial cuando en 2013 el director Roman Polanski decidió llevarla al cine y poner en circulación, una vez más, el masoquismo como tema de debate (A Sacher-Masoch le debemos el epígrafe de masoquismo). No era de extrañar que, más tarde o más temprano, una nueva versión visitara España teniendo en cuenta el tema y su éxito.
En esta ocasión visitó el Auditori de Torrent la versión que David Serrano diseñó para la gira que recorre España con dos jóvenes valores en alza: Clara Lago, como el personaje de Vanda y Diego Martín como el dramaturgo y director Diego del Pino.
Para Lago supone su debut escénico y para Martín su primer gran protagónico y…, ambas circunstancias juegan a favor y en contra de esta versión.
La historia, por si no la conocen, trata sobre la búsqueda, por parte de un director y dramaturgo, de una joven actriz capaz de hacer el papel del personaje de Vanda de la novela de Sacher-Masoch. Tras numerosas pruebas fallidas a distintas actrices irrumpe, en el último momento, una joven que pese a su lenguaje y carácter extrovertido revelará ser una mujer mucho más próxima al personaje de lo que el director esperaba.
Bajo estos mimbres David Serrano muestra una visión distinta del mismo argumento pero respetando la línea de la estructura dramática del original. Esa visión distinta marca el corpus que Serrano imprime a la obra tanto en valores positivos como negativos.
Uno de esos valores negativos viene impuesto por el excesivo tono cómico que Clara Lago imprime a su personaje de actriz en busca de personaje. No aporta brillantez a la intérprete un personaje que se excede en movimientos y en vocabulario representando a una joven extrovertida y pasota. Comentarios como ‘esto es la hostia, tío’ o ‘menudo libro sadomaso se marcó el tío’, no redondean al personaje de Vanda. Su bis humorística atenta con la sensualidad y su poder femenino que posteriormente debe mostrar.
Siendo una actriz con notables posibilidades, la elección de Serrano por dibujarla cómica y alocada, desmiente el ideal que Vanda es todas las mujeres en su manifestación como Venus. Esperamos que Serrano sepa corregir o matizar esta línea donde, sin dudas, su función habrá ganado muchos enteros.
Para Diego Martín supone su primer protagónico y lo hace con soltura. Su personaje evoluciona sin quiebros y su interpretación se muestra creíble. Atrapado en la sentencia bíblica (uno de los motores de la obra de Sacher-Masoch) que sentencia que “Dios le castigó poniéndole en manos de una mujer”, el personaje se debatirá entre su propios fantasmas de represión sexual y su deseo de expiarlos.
Obra compleja y madura, ‘La Venus de las pieles’ es una interesantísima pieza teatral donde dos actores como Clara Lago (esta mujer da mucho juego y día a día gana como actriz) y Diego Martín ofrecen lo mejor de sí mismos pese a las arritmias de la propuesta y en donde el personaje de Vanda, liberada de su excesos de joven extrovertida, nos remitiría a la perdición total (entregados y sometidos) a su poderío sexual.
El Péndulo de VLCNoticias/Jimmy Entraigües