12 de diciembre de 2013
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La comedia pública de la seguridad

placa

Esta semana pasada hemos visto como el pp aprobaba la extensión del uso de la fuerza legal que ostenta depositada en los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del estado, a través de la Ley de Seguridad Privada. No tendría mayor importancia, que dicha extensión se produjera mediante transferencias entre las distintas policías que el Estado tiene a su disposición en sus distintos ámbitos de actuación. La importancia viene por el hecho de que serán las empresas privadas de seguridad las que reciban dicha extensión de funciones, sin la preparación adecuada para las mismas.

Un policía necesita de una gran preparación para el ejercicio de sus funciones propias. No basta con saber coger la porra y liarte a porrazos, hace falta mucho más que eso, pues además de coger la porra cuando resulta preciso, hay que tener los conocimientos legales pertinentes que amparen su actuación.

Parece claro, que con la nueva Ley de Seguridad Privada, tratan de echarles un capote a las empresas privadas de seguridad.

No parece en ningún modo que haya llegado hasta los CFSE privatización alguna, lo que ha llegado es la privatización de los “espacios públicos”. Hasta la fecha y hasta que se aplique esta nueva Ley, los espacios públicos les corresponde a los CFSE, mientras que los espacios privados les compete a los Vigilantes de Seguridad, a las empresas de seguridad privada.

A mi juicio, esto solo puede tener una lectura, y es que el pp no cree en los CFSE, y su falta de creencia debería ser explicada. Lo mismo los resultados administrativos sancionadores no les están dando los frutos esperados y pretenden que sean otros los que les generen dicha producción. Si hasta la fecha los responsables primeros de proponer para sanción administrativa eran los miembros de los CFSE, ahora por extensión de aplicación de la Ley de Seguridad Privada también lo serán los Vigilantes de Seguridad.

Si antes los miembros de los CFSE tenían en exclusividad la potestad de identificarme, cachearme, sancionarme  y/o detenerme, el abanico de personal se amplía de forma aberrante y sin pies ni cabeza. Si antes de la citada Ley de Seguridad Privada podía detenerme un policía, ahora también podrá detenerme un vigilante de seguridad.

Bienvenidos al club de esta comedia!

Atienza

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