La Valencia radiante, de los grandes eventos y las grandes edificaciones modernas, parece desquebrajarse en unos casos por desidia de proveedores que terminaron siendo un auténtico ‘fiasco’, en otras por desavenencias políticas que bloquean su rehabilitación y, la mayor parte de las veces, porque tiempos difíciles de crisis -coyuntural o no- como los que nos azotan no permiten acometer ciertos dispendios con la alegría que antaño. Sin embargo, las posturas que entonces se enfrentaban a las inversiones o gastos de tan cuantioso cariz ahora los reclaman, y viceversa. Entretanto, Valencia ‘envejece’. Veamos algunos ejemplos…
CIUTAT DE LES ARTS I LES CIÈNCIES
El caso más llamativo de entre las obras del controvertido arquitecto Santiago Calatrava -otrora admirado y hasta considerado ’emblema’ de la proyección internacional de la ciudad- es el trencadís del Palau de les Arts Reina Sofia. Un edificio y una institución cuyo exterior se resquebrajó y que esconde un corazón, sus trabajadores, que se debaten entre la desesperanza y la lucha con un ERE en ciernes. Pero no es el famoso trencadís la única ‘herencia’ que Calatrava ha dejado en Valencia, habiendo dejado imágenes para el recuerdo como las costosas reparaciones que tuvieron que ponerse en marcha en el nuevo puente de la exposición, popularmente conocido como la ‘Peineta’ debido a fallos estructurales que perjudicaron notablemente tanto el firme como la aceras laterales tan sólo un año después de su construcción.
También entonces, el arquitecto valenciano culpó a la administración del ‘estropicio’ exonerándose a sí mismo y a su equipo de toda responsabilidad. Ya entonces los problemas del arquitecto en otras ciudades del mundo comenzaban a hacer sospechar que no podía tratarse de coincidencia. Pero seguramente en aras de la óptima finalización de una entonces recién comenzada obra de la Ciutat de les Arts i les Ciències -recordemos que el Palau de les Arts fue el último en finalizarse- aconsejara prudencia a la hora de litigar con el arquitecto estrella.
No son pocos los rincones de la CAC donde se pueden ‘admirar’ grietas, fallos en la estructura y hasta visibles deterioros en la construcción, por ejemplo, del Museu de les Ciències Príncipe Felipe. Una videonoticia de VLC Noticias revelaba, cuando la polémica del trencadís ya cobraba dimensión pública, este hecho.
CIUTAT DE LA JUSTÍCIA
No hay que recorrer demasiados metros -un centenar escaso- desde la Ciutat de les Arts i les Ciències para encontrar otra magna obra que en su día se presentó como el paso definitivo del estamento judicial valenciano hacia una más que necesaria modernización: la Ciutat de la Justicia. Junto a la CAC y al Centro Comercial El Saler supuso poner de nuevo en el mapa y activar de forma definitiva una zona otrora olvidada de la mano de Dios en la ciudad. Nunca barrios como La Punta, Penya-Roja, Mont-Olivet, Na Rovella o En Corts veía tan de cerca las infraestructuras tanto tiempo deseadas.
Sin embargo, el pasado mes de mayo de 2013, esto es, tan sólo diez años después de ser inaugurado y nueve desde su puesta en marcha efectiva, varias piezas de las que cubren la fachada se desprendieron hiriendo a tres personas que se hallaban en la mismísima puerta principal del complejo. Se hallaron entonces fallos estructurales en la enorme edificación que acoge todos los juzgados de la ciudad como los causantes del accidente. Se llevó a cabo una revisión para evitar futuros disgustos y se reinstalaron algunas losas que amenazaban con caer también por su mal estado. En el presente mes de febrero de 2014, aún se están instalando nuevas losas porque los materiales inicialmente aprobados no ofrecen plenas garantías en caso de cambios bruscos de temperatura, lo que es una constante, año tras año, en los últimos tiempos. Otros problemas no relacionados con la construcción sino con la logística como la inexistencia de una unidad sanitaria de emergencia en sus dependencias también dieron que pensar.
CIRCUITO DE FÓRMULA 1
Otro de los grandes proyectos que durante unos años impulsaron internacionalmente la imagen de nuestra ciudad fue el Circuito Urbano de Fórmula 1. Aunque las adinistraciones locales y autonómicas han podido, finalmente, desembarazarse de los compromisos adquiridos por el ex presidente Camps con Ecclestone en sus últimos días al frente del Consell, el hecho de que el magnate propietario del muy próspero negocio Mundial de Fórmula 1 no se haya llevado consigo las instalaciones a infraestructuras del circuito -de las que Ecclestone es igualmente propietario- ha generado al Sudoeste del Puerto de Valencia una auténtica zona muerta que deja noticias como el reciente robo de vallas y un paisaje árido, abandonado, casi lunar.
Las naves de Juan Verdeguer, en su día importante harinera, son un ejemplo de una versión desoladora que nadie quisiera se perpetuara, pero la falta de fondos ha producido esta imagen.
Por otro lado, la proliferación de actividades criminales como el tráfico de drogas -recientemente, la Policía Nacional ha desmantelado varios puntos negros en Nazaret y el Marítim– al que la existencia de amplias zonas de solar abandonado facilitan un escenario perfecto para este tipo de actividades delictivas.
EL CARRIL BICI
Otro proyecto en el que la ciudad de Valencia ha sido innovadora de forma exitosa, apostando por un medio de transporte limpio, ecológico y saludable, como es la bicicleta, pasa también por momentos difíciles. Los usuarios han denunciado en los últimos días que el número de accidentes de los ciclistas por culpa del mal estado del carril bici ha crecido de forma alarmante.
Tras unos inicios titubeantes, mientras se comprobaba la aceptación y uso de dicho carril y también, por qué no decirlo, mientras conductores y peatones se acostumbraban a los ciclistas como nueva figura presente, con lo bueno y lo malo, en el tráfico urbano, la extensión del carril bici fue creciendo y creciendo hasta cubrir -apoyado por las ciclocalles- la práctica totalidad de la ciudad de Valencia.
Sin embargo, tanto el mal estado de algunos tramos, así como la alta accidentalidad antes citada y ciertas cláusulas consideradas como abusivas por varias asociaciones de consumidores, han provocado en los últimos días que los grupos de la oposición en el ayuntamiento han llegado a reclamar la municipalización del servicio Valenbisi, pero parece que el alto coste que eso supondría -6’6 millones de euros según el concejal Alberto Mendoza- lo desaconseja.
Existen otros puntos de nuestra ciudad con un historial semejante a los aquí expuestos, qué duda cabe. La dársena, el barrio de El Cabanyal o el entorno del nuevo Hospital La Fe del barrio de Malilla, por no hablar del complejo urbanístico conocido hasta el año pasado como Ciudad Ros Casares, merecen también mención aparte. Pero unos cuantos ejemplos bastan para constatar la caída que la imagen de nuestra ciudad ha sufrido en los años que dura ya una crisis que, dicen, está empezando a acabarse… ¿o no?
VLC Noticias | Javier Furió. Fotos: VLC Noticias