La economía mundial ha vivido un comienzo difícil en el 2016 y seguirá caracterizándose por una nueva anormalidad: en el comportamiento del crecimiento, la política económica, inflación, precios de los principales activos y mercados financieros, afirma el prestigioso economista estadounidense Nouriel Roubini en un artículo publicado en ‘Time‘.
En primer lugar, explica el experto, el potencial de crecimiento en los mercados desarrollados y emergentes ha caído, y el crecimiento real se mantendrá aún por debajo de este potencial débil.
Al mismo tiempo, las innovaciones tecnológicas no se han traducido todavía en un mayor crecimiento de la productividad a nivel agregado, mientras que las reformas estructurales no actúan lo suficientemente rápido como para aumentar el crecimiento potencial.
Por otra parte, hay que tomar en cuenta la ‘histéresis’, la forma en la que el estancamiento cíclico prolongado puede agobiar el potencial de crecimiento, ya que el capital humano y físico se vuelve más obsoleto si no se utiliza a plena capacidad.
Roubini señala que el crecimiento real que hemos visto ha sido anémico, por debajo de su potencial, debido al doloroso proceso de desapalancamiento, primero en EE.UU., luego en Europa y ahora en los mercados emergentes, destinado a estabilizar y reducir los altos niveles de deuda y déficit públicos y privados.
Consecuencias de la política económica
Además, las políticas económicas, sobre todo la monetaria, se vuelven cada vez menos convencionales, y la distinción entre la política monetaria y fiscal se ha hecho más borrosa, afirma el economista.
Algunos críticos alegaron incorrectamente que estas políticas monetarias no convencionales conducirían a la hiperinflación, colapso en el valor del dólar estadounidense, un fuerte aumento de las tasas de interés a largo plazo y el precio del oro y otros productos, e incluso la sustitución de monedas estándares con criptodivisas como el bitcóin. Sin embargo, nada de eso ocurrió.
Los Bancos Centrales ahora tienen que tratar de evitar la baja inflación, o incluso la deflación. Las tasas de interés reales son muy bajas y los precios de los activos son demasiado altos en relación con su valor fundamental subyacente en equidades, inmobiliarias, créditos y los bonos del gobierno.
Según el experto, esta es la nueva anormalidad del crecimiento, la inflación, la política monetaria y los de precios de los activos, la que muy probablemente permanecerá en el año 2016 y más allá.