A propósito de la presentación del nuevo proyecto delNou Mestalla… Me chirría la remodelación sobre el primer proyecto, -eso sí para abaratar costes-, del nuevo estadio valencianista. Me chirría, sobre manera, que se presente ante los medios un proyecto sobre un proyecto que salvo los ‘pedeefes’ y el señorMark Fenwickresulta totalmente inviable a día de hoy porque falta lo más importante, el dinero y los inversores.
Inviable porque nadie ha puesto la pasta encima de la mesa. Inviable porque en estas tierras tenemos un master de grandes proyectos que no nos han llevado a nada bueno, más bien al contrario. Papel mojado.
No es que no me crea el proyecto de Salvo. Me consta que está redoblando esfuerzos para sanear el club, buscar inversores y dotar al Valencia C.F de una estabilidad económica, social y, dicho sea de paso, también deportiva. Pero aunque el discurso de la nueva directiva valencianista desde un principio ha sido ilusionante y positivo, el proyectoGLOVALha sido excesivamente grandilocuente y pasados unos meses empieza a hacer aguas en casi todo su corolario.Basado en la cantera, a las primeras de cambio la nueva adquisición- de no se sabe quién del área deportiva- es la deun central portuguésde diecinueve añitos. Gran mensaje a la factoría de Paterna.
En lo deportivo, lejos de ser una referencia, apenas han transcurrido trece jornadas y los de Djukic no juegan a nada. Lo único tangible ha sido el despido de Braulio… Y sobre el cesped no hay patrón de juego, ni implicación, ni materia prima. El equipo parece perdido… No es extraño así que la masa social, el aficionado, esté totalmente desilusionado. Solo hay que ver la asistencia a Mestalla en los últimos partidos porque hoy por hoy lo más palpable en el club es laresignación, laindiferencia, y hasta laapatíaque respira el valencianismo.
Y es que la realidad es diferente. La deuda lastra al club en todos los ámbitos. Objetivamente, el único hecho constatable que ha acometido el nuevo consejo es la limpieza de cara del Mestalla; con su mosaico del murciélago, sus asientos de colores, las lonas con los futbolistas históricos que decoran la fachada, las visitas guiadas por dentro de Mestalla, o el cambio de nombre del ‘Mini’ de la Ciudad Deportiva a ‘Antonio Puchades’… Ese es, hasta ahora, es el gran logro de Amadeo Salvo. Se me antoja poco bagaje.
Pues eso, que el Valenciaes pura fachaday poco más… El socio, el accionista, el aficionado, espera una plantilla competitiva y unos resultados deportivos que le ilusionen y como consecuencia de ello, eso sí, atraigan a los inversores. Pura ley de la gravedad. El aficionado quiere un equipo competitivo con el que identificarse. Los bancos y las constructoras esperan el dinero. Así que lo de los ‘pedeefes’, lo de los futuros inversores, o lo del gigante dormido ya no cuela en una afición que quiere hechos y no palabras vacuas. Hechos concretos y no proyectos globales.
Francisco Estellés |@siskoestelles| Periodista |www.semprevalencia.com