Carles-Andreu Fernández Piñero
Economista
¡Qué contento está Rajoy! Los indicadores económicos españoles están mejorando, y afirma que ya hemos salido de la crisis. Y en efecto, según el Banco de España, el PIB ha crecido en los tres últimos trimestres (cuarto de 2013 y los tres primeros de 2014), aunque sea poquito porque no llega ni al 1% en cada uno. Qué bonito y maravilloso todo, ¿no? Parece que ya se nos acaba la crisis.
Pues no exactamente, como se puede comprobar por la calle viendo que siguen cerrándose negocios, y mucha gente continúa con dificultades para pagar el supermercado y esos recibos del agua que más bien parecen de Coca-Cola por lo que suben. Vamos, que no parece que estemos mejor en España. Entonces, ¿nos engañan los indicadores económicos, los trucan o los políticos nos toman el pelo?
Los números, en principio, son correctos, salvo que se les vaya el dedo en la calculadora a los economistas. Ahora bien, la interpretación de los mismos es otra cosa, porque hay que tener en cuenta de que hablamos de magnitudes económicas agregadas, es decir, de suma de muchos números. El PIB se calcula sumando el consumo privado de todos los españoles, el consumo público de todas las administraciones, las inversiones de todas las empresas (de las que pueden, claro) y alguna cosa más como las exportaciones netas (menos las importaciones). ¿Y qué pasa cuando se suma tanto número? Que los casos extremos se esconden, tanto los que tiran por arriba como los que tiran por abajo: sólo figura un total. En otras palabras, que viendo el numerito no se nota ni los que ganan un pastón más, ni los que ya no tienen ni para pipas; sólo se ve que todos juntitos crecemos.
En efecto, según la agencia estadística europea Eurostat, España ha incrementado su desigualdad. Lo sabe porque calcula un numerito que tiene un nombre más largo que un día sin pan, el coeficiente de Gini armonizado de la renta disponible de hogares equivalentes de la UE, el cual para nuestro país ha bajado de 0,313 en 2006 a 0,350 en 2012, convirtiendo a España en el segundo país con más desigualdad de la Europa comunitaria. ¿Qué podemos concluir? Que no estamos creciendo económicamente todos, sino que están creciendo unos pocos en España (que ya podemos imaginar quiénes, y mucho, tanto que compensa todo lo que van para abajo el resto. Vamos, que no todo es que crezca del PIB para que estemos mejor, sino que también hay que tener en cuenta cómo se reparte.
VLC Noticias | Redacción