Un diseño de Mari Sol Burgos con parte técnica de Josete Santaeulalia dará luz este año al mano de la Virgen de los Desamparados, que decenas de miles de personas irán componiendo con 60.000 ramos de flores en la Ofrenda a la Mare de Déu, uno de los actos más emocionantes del programa de las Fallas de Valencia, según se ha desvelado hoy en el salón de la Junta Central Fallera (JCF).
En el acto han estado presentes una treintena del grupo de Vestidores en lo que se ha querido hacer como un homenaje a su labor; de las Falleras Mayores de Valencia, Sandra Muñoz y Rocío Pascualy sus cortes y del artesano Sergio Carrero, que se ha encargado del montaje de la gigantesca figura de la Virgen que, una vez más, ha ladeado un poco como viene haciendo desde hace varios años pare recibir la patrona con su mirada a los falleros que fluyen por ambas calles, la de la Barchilla y el Micalet.
La diseñadora ha volcado sobre el manto toda su sensibilidad femenina, su amor a la Virgen y su pasión por la fiesta. El resultado ha sido un “maravilloso” boceto que José Santaeulalia, inmerso en la parte técnica, ha llevado con éxito a la culminación final.
Un manto con nombre propio, sugerente, revelador de las intenciones y el sentimiento de sus creadores: ‘Flores desde el corazón’. O sea para algunos ese mensaje de todas y cada una de las mujeres participantes en la ofrenda que le llevan flores con el más grande de los sentimientos, surgidos desde el corazón.
‘Flores desde el corazón’ representará uno de los momentos más emotivos de la ofrenda, cuando llega el fallero a los pies de su patrona, la mira y se dispone a entregar su ramo de flores, “un ramo que va cargado de devoción, cariño, amor, sentimientos que inundan la plaza conforme van pasando las horas, conforme van desfilando las comisiones, conforme va confeccionándose el manto, con esas flores que salen desde el corazón”, han agregado las mismas fuentes.
Marisol Burgos ha explicado que para el diseño se inspiró en una de las imágenes más clásicas de la ofrenda, la de una fallera ofreciendo su ramo llena de lágrimas a la Virgen. “Las flores que se ofrecen son algo más que flores, son flores que salen desde el corazón, desde lo más profundo”. Esas lágrimas irremediables y ese sentimiento han sido inspiradores para Marisol que, en paralelo con Josete, ha trabajado en el diseño con la máxima ilusión.
“Hasta el momento, este acto se guardaba para el día 17, cuando empezaba la ofrenda. En esta ocasión, tenemos la suerte de conocer algunos días antes el trabajo que llevarán a cabo los vestidores”, ha señalado Francisco Lledó, Concejal de Fiestas y Presidente de Junta Central Fallera.
La Ofrenda a la Virgen de los Desamparados se inició hacia 1942, desde un modesto taller de carpintería de la barriada de Ruzafa que realizaba la construcción de unos travesaños de madera para que sirvieran de apoyo a los primeros ramos de flor que se le ofrecían a la Virgen.
Posteriormente, en la fachada de la Real Basílica y para los días de la ofrenda, se instalaba un cuadro de azulejos con la imagen de nuestra Patrona, y alrededor de él se colocaban los ramos de flor en el enrejado de madera preparado al efecto por la familia Llorca, iniciadora de la tradición. Dicho cuadro de azulejos se puede contemplar hoy en día en la fachada de la Basílica recayente a la calle de La Leña.
VlC Ciudad/Redacción.