Hace tan sólo dos meses se estrenaba en el Teatro Talía ‘Teresa de Ávila’, del dramaturgo José María Rodríguez Méndez, bajo dirección del director valenciano Enrique Belloch y con la actriz Blanca Beneito como protagonista.
Hacía tiempo que deseábamos hablar con Enrique Belloch, uno de los directores escénicos y cinematográficos más importantes de los últimos cuarenta años tanto a nivel local como nacional, que no deseábamos que su inminente viaje a Ávila (allí se encargará revisar y documentar el legado de Rodríguez Méndez al tiempo que estrenará ‘Teresa de Ávila’ en conmemoración del V centenario de su nacimiento), nos impidiera charlar sobre su reciente trabajo sobre la mística Teresa y su próxima obra audiovisual dedicada al afamado transformista La Margot.
A Enrique Belloch le debemos trabajos cinematográficos como ‘Pestañas postizas’ (1982), título en el que debuta Antonio Banderas; ‘Alta peluquería’ (1990), ‘Solo es una noche’ (1995) o el documental ‘Curvas’ (2004). Su presencia en teatro es mucho más extensa tanto en las funciones de director como productor así como el de impulsor de espacio y salas escénicas. El Valencia Cinema o la Sala Trapezi fueron escenarios, generados por Belloch, en donde pasaron muchos de los grupos y compañías valencianas, allá por los ’80, que aún hoy perduran y triunfan. De su trabajo como director escénico salieron obras como ‘La gallina ciega’, ‘Instantáneas de fotomatón’ o ‘Anónima sentencia’.
Hablar con Enrique Belloch es hablar con un hombre que ama las artes y las disciplinas de la interpretación y frente a dos humeantes café uno descubre su pasión por el teatro y la palabra abierta y sincera.
EL Péndulo: Un amigo en común, José Antonio Garzón, me indicó que Teresa de Ávila era aficionada al ajedrez y aun conociendo muchas cosas de su vida ése pasaje es bastante desconocido cuando podría estar muy vinculado a su pensamiento abstracto. A mí me resulta un matiz muy interesante del personaje y no sé si conocías su afición por el juego del ajedrez.
Enrique Belloch: La verdad es que no lo sabía y me resulta muy, muy interesante. En principio, toda la información que puedas tener sobre un personaje ayuda a conocerlo y a profundizar sobre él. No sé si se me hubiera ocurrido, sabiendo que era aficionada o jugadora de ajedrez, marcar algún movimiento ajedrecístico en la obra. No sé si hubiera hecho un movimiento, en los personajes, de torre, de alfil o de caballo… La idea es muy, muy buena y…, incluso para montar un tablero de ajedrez en el suelo o incluir un tablero cerca de ella. Francamente la idea es muy bonita y…, no sé…, puede que imagine algo para el próximo montaje (sonríe). Fíjate que ya estoy pensando en cómo trucar, un poco, lo que hay hecho para introducir el detalle. La idea es seductora, te agradezco mucho la información.
E.P.: Cuando presentante ‘Teresa de Ávila’ a los medios, comentaste que era una ‘obra de encargo’ y me gustaría saber si cuando un asume un encargo hay menos peso de autoría o el mismo que cuando es una creación propia.
E.R.: Existe el mismo peso que cuando es una obra propia. Exactamente el mismo. No deja de ser, también, un trabajo personal. Yo no he hecho nada para el lucimiento de nadie prescindiendo de mí, ni del autor, ni de nada. Creo que un creador debe trabajar con libertad y sentirse libre para expresarse. Casualmente, y es curioso, José María (Rodríguez Méndez) nunca ha escrito de encargo, salvo alguna versión de teatro clásico pero… Él ha escrito lo que le ha dado la gana siempre y… Esta función ya la concibió de encargo. Se la pidió Mari Paz Ballesteros para la conmemoración del cuarto aniversario de la muerte de Teresa y…, se estrenó en Ávila porque era donde él estaba escribiendo entonces. Fíjate, eso era ya era una obra de encargo cuando se estrenó hace casi treinta y pico de años. A mí, casualmente, la dirección de esto me viene por la protagonista, Blanca Beneito, recién salida de la escuela de interpretación y pareja del productor, José Enrique March, y que se había enterado que tenía una obra escrita sobre Teresa y que ella no había leído pero que estaba interesada y me dice, “había pensado en el personaje de Teresa de Jesús y como el año próximo es el quinto centenario de su nacimiento y me parecía oportuno, ¿tú me dirigirías?”. Yo le digo, “¡hombre!, si encontramos el texto sí. Ahora mismo no tengo el texto, ni tengo noticias de que esté en algún sitio pero…, sí, cuenta conmigo”. Entonces, ahí fue el encargo pero en cuanto me lo encargó, ¡vamos!, me encargó algo que es mi ilusión que era, y es, sacar adelante la obra de José María Rodríguez Méndez puesto que me dejó lo derechos de la propiedad intelectual para mí, lo cual es el más grande honor que yo he recibido, y recibiré jamás, porque un hombre de esa envergadura intelectual y literaria como José María decidiera que yo sería el que mejor pudiera guardar su obra y defenderla pues no hay nada que me pueda honrar más y…, yo encantado de sentirme forzado, y forzado a gusto, a sacar adelante cualquier proyecto relacionado con las obra de José María.
E.P.: Al hablar de obra de encargo parece que tuviera un sentido negativo cuando en todas las disciplinas artísticas siempre se han producido obras por encargo.
E.B.: En mi caso puede más el hecho del encargo que me hizo José María, al decir “ahí tienes mi obra”, y ese sí que es una encargo de responsabilidad, que el detalle más pequeño que una actriz, un actor, una productora, quien sea, me diga “¿te interesa hacer esto?”, y más un texto de Rodríguez Méndez, pero… Sí habláramos de otro tema a lo mejor…, bueno, me lo pensaría pero yo trato de hacer todos los espectáculos míos. Con José María me siento muy libre porque le gustaba mucho cómo yo hacía sus obras.
E.P.: También quería referirme a que ‘Teresa de Ávila’ tiene mucho de tu sello personal, hay mucho de tu manera de hacer teatro. Al comentar que es un encargo podría indicar que es un producto, netamente, alimentario o de puesta en marcha tu actividad escénica.
E.B.: Bueno, algo de eso hay. He pasado unas dificultades muy adversas en los últimos cuatro años. He cerrado la empresa de doblaje por el tema de Canal Nou y la falta de pagos, se me vino el mundo encima con la muerte de mi hermano, hace tres años, y yo en la bancarrota… Me sentía sin ganas de hacer nada. Escribí un guión de cine, porque no me quise dejarme hundir tampoco y…, luego el golpe de mi hermana (Carmen Belloch) que también fallece y… De repente todo esto llegó cuando trataba de reaparecer, bueno, no de reaparecer porque esto suena a folklórica (hace el comentario sonriendo), pero sí tratar de hacer algo. Ya tengo mi jubilación y se supone que ya he hecho todo lo que tenía que hacer y… Pues no, para mí no sirve eso, no me gusta estar inactivo. Entonces esto me llego así, en el momento de hacer cosas (en alusión a Teresa de Ávila). La chica apareció y me dijo, “¿me dirigirías?”. Le dije, “habría que verlo, no te conozco como actriz y el papel es complicado”. Dijo, “lo produzco yo”, entonces le respondí que fenomenal, muchísimo mejor porque yo desde luego no puedo producirlo y… Empezó a ensayar y dudé mucho porque no era la actriz idónea para ese personaje. Por experiencia no reunía la capacidad para controlar la carga dramática, intelectual y emocional que tiene el personaje pero… Estuve trabajando desde el principio, en la que Teresa se muestra más joven, más cercana, más niña, más asequible y vi que empezó a darle el tono más adecuado porque le iba, por edad, y cuando entré en el proceso más avanzado vi que podía tener problemas y es cuando me inventé esos dos pícaros, como dos muletas, que le dieran un apoyo importante a Blanca.
E.P.: Realizaste el cambio en el texto para ella.
E.B.: Sí, sí, lo hice por ella. No lo hice por el virtuosismo de quererme inventar nada en absoluto. Lo hice por ella porque vi que no podría soportar la carga de un monólogo tan especial sin referencias. Para mí fue una salvación el introducir a esos dos pícaros. Especialmente los textos explicativos, antes de cada momento, me sirvieron para repartirlos en los dos pícaros y además estás dos figuras van a estar detrás de ella, allá donde este, como dos comodines, para que ella tenga dónde mirar, donde dirigir la mirada y el movimiento. Y eso le da más libertad y confianza. Creo que están bastante integrados a la obra y el público lo agradece. Cuando hay que dejarla sola, hay quedarla sola porque tiene sus parlamentos con Dios y en otros momentos que está de exaltación hay que dejar que ella se exprese sola. Con la introducción de estos dos personajes me di cuenta que la obra se salvaba. Ella no le gustó la idea y me dijo que quería un monólogo para su total lucimiento pero le comenté que el monólogo de Teresa era demasiado complejo y le indiqué que esta solución le iba a ir mejor. Finalmente el espectáculo creció por ahí y por suerte ha ido bien.
E.P.: Al inicio de la obra me pareció débil la interpretación pero luego Blanca Beneito crece en su labor y gana de mitad de la obra hacia el final. Hay una labor importante en la dirección de actores y se nota en la evolución del personaje y en su interpretación.
E.B.: Sí, sí. Con ella he trabajo mucho. Fueron muchas horas de ensayo e indicaciones. Estoy muy satisfecho y… Costó bastante darle cuerpo y voz y hacer creíble a Teresa sin que fuera un personaje pesado. Quería darle humanidad y era necesario trabajar con la actriz muchas cosas y por suerte se han logrado.
E.P.: Ha gozado de buenas críticas.
E.B.: Sí, sí, todo el sector ha comentado con entusiasmo la obra. Incluso el público, muy de la calle, salió muy contento. Muchos me dijeron, “no me he enterado que era un monólogo”. La obra dura una hora y cuarto y…, a veces una hora y cuarto puede hacerse muy pesada pero…, el público lo recibe y lo entiende muy bien. La verdad es que estoy muy satisfecho.
E.P.: Tras ‘Teresa de Ávila’ te metes en un documental en torno a La Margot, otro personaje femenino interesante y diametralmente opuesto a Teresa, ¿Por qué te interesó el personaje de La Margot?
E.B.: (Sonríe) Pues mira, yo siempre he dedico todo aquello que quería hacer y mis circunstancias han cambiado en cinco años y lo que se está produciendo es la casualidad. Estoy haciendo lo que se me pone delante pero…, fíjate que lo que se me pone delante es ‘Teresa de Ávila de Rodríguez Méndez y lo que se pone delante es La Margot que yo la he vivido y la he disfrutado, en los años setenta aquí en Valencia. Y lo gracioso es que me lo propone Rafa Marí, que también conoce a La Margot y… ¡Claro! Me lo propone Rafa, es La Margot, que la conozco y nos conocemos de toda la vida y que conozco toda su trayectoria y dije, “vamos a hacerlo”. Aquí tienes dos mujeres, Teresa y La Margot, que aunque no se pueden comparar cada una tiene su poética y su misión en la vida.
E.P.: Vez cosas en común entre Teresa y La Margot.
E.B.: Por supuesto. Si no lo vez a primera vista lo buscas. Yo ya le hecho grabar a La Margot lo últimos versos del ‘Muero porque me muero’ vestido de Sara Montiel y dicho como si fuera Sara Montiel. Con esto quiero decirte que de alguna manera están vinculadas ya y hay una secuencia, que creo que será la secuencia final, en la que La Margot recita a Teresa de Ávila.
E.P.: Pero ambos personajes lucharon por su ideales y esa lucha, ese deseo de superar las adversidades es lo que te llama la atención.
E.B.: Sí, sí. Pero… A lo mejor es más inconsciente y más casual en La Margot. Teresa es una cosa calculada y decidida en ser una mujer culta y tener esa ansía por leer y saber. Pero en el caso de La Margot tiene algunas cosas parecidas pero le viene dado. De alguna manera encuentra una forma de salir huyendo de Bétera, para salir de un espacio que lo ahogaba. Sin él saber todavía si era homosexual o no, sin embargo había tenido prácticas homosexuales de niño, no se daba cuenta que eso era ser diferente y ya de bien madura es cuando reconoce su condición homosexual y… Casualmente lo disfrazan y lo visten para que salga a imitar a Sara Montiel y con su gracia y verborrea habitual y de ahí fue construyendo ese personaje que tuvo un éxito extraordinario. Él dice que nunca había pensado dedicarse a la actuación y él ha sido lo que ha sido arrastrado un poco por las circunstancias y ha estado ahí, en ese momento difícil de la Transición, en la que nadie sabía muy bien dónde ubicarse, si aquello iba a quedarse para siempre o si era una cosa de verdad o de mentira y, de repente ese tipo de manifestaciones acaba triunfando y dado salida a una nueva forma de hacer espectáculos.
E.P.: ¿Veremos tu trabajo de La Margot pronto?
E.B.: Yo espero que sí. Quiero revisar algunas cosas y montar muy pronto. Puede que antes de final de año esté listo pero… Falta revisar algunas cositas.
E.P.: Enrique, ha sido un verdadero placer charlar contigo y que el estreno de la obra de Teresa en Ávila sea todo un éxito.
E.B.: Gracias a ti y a tu periódico por la entrevista y me he sentido muy a gusto con la charla.
El Péndulo de VLCNoticias/Jimmy Entraigües/Fotos-J.E.