Cuando Zakaria entró al consultorio con la pequeña Marwa en brazos, se veían sonrientes y relajados. Pero mientras la enfermera preparaba la jeringa para inyectar a la pequeña de poco más de un año, el padre empezó a mostrarse nervioso. ¿Qué hago? le murmuró a la mamá de la pequeña.
“Siéntala en tus piernas y pégatela al pecho. Yo la distraigo”, ella respondió mientras buscaba apurada dibujos animados en su celular y sacaba de la pañalera el juguete favorito de la niña.
Era la primera vez que Zakaria acudía a una sesión de vacunación de su hija.Su pareja ya tenía experiencia en ellas, pero el momento siempre le causaba angustia.
¿Podía hacer algo más para evitar que la vacunación fuese menos dolorosa para la niña?
Esta semana, la revista de la Asociación Médica Canadiense (CMAJ, por sus siglas en inglés: Canadian Medical Association Journal) publicó recomendaciones para minimizar el dolor al vacunar niños y adultos.
La guía es el resultado del trabajo de un equipo multidisciplinario de 25 especialistas en dolor, miedo, vacunación, epidemiología, enfermería y otros campos.
“El dolor durante las vacunaciones es una preocupación común y puede hacer que la gente dude a la hora de tener que vacunarse en su vida adulta”, señala la publicación.
Y si ese temor no es superado, muchas personas pueden estar en riesgo de contraer enfermedades que son fácilmente prevenibles a través de la vacunación.
El Servicio Nacional de Salud del Reino Unido (NHS, por sus siglas en inglés) también tiene recomendaciones para el momento de llevar a un niño a vacunar.
BBC Mundo combina los consejos tanto de la CMAJ y del NHS y les presenta está guía práctica:
- Amamantar a los niños menores de dos años durante la inyección.
“Se cree que la lactancia materna ayuda a reducir la angustia a través de múltiples mecanismos”, señala CMAJ. El hecho de poner al niño en una posición cómoda junto a su madre y permitirle succionar una sustancia de su agrado le brinda un momento de satisfacción y calma al mismo tiempo que lo distrae.
“Un meta análisis en el que se incluyeron 792 infantes demostró un gran beneficio de amamantar durante la vacunación”, indicó la organización canadiense.
Para aquellas madres que por alguna razón no pueden amamantar o no pueden asistir a la sesión de vacunación, se recomienda darle el tetero con leche extraída del pecho o con leche de fórmula.
- Darles una sustancia dulce.
Si no es posible amamantar al niño o darle el tetero, se recomienda, antes de la vacunación, darle una solución dulce.
Estudios previos sugieren que unas gotitas dulces pueden reconfortar a los bebés en el momento de la inyección.
En 2012, lo sugirió Cochrane, una organización sin fines de lucro vinculada a la Organización Mundial de la Salud que analiza estudios e intervenciones en el área de la salud pública.
Este grupo revisó 14 investigaciones basadas en más de 1.500 infantes que acudieron a sus inmunizaciones rutinarias infantiles o a un análisis de sangre por medio de un pinchazo en el talón.
Los bebés a los que se les dio una solución azucarada cuando se les iba a aplicar la inyección lloraron mucho menos que los que recibieron agua.
Mientras que el azúcar puede calmarlos, no está claro si también alivia el dolor.
- Cargar a los niños menores de tres años.
“En tres estudios en el que se incluyeron 736 neonatos, el contacto piel a piel redujo la angustia en el proceso de vacunación”, indicó CMAJ.
- Colocar al niño en posición vertical porque ofrece una sensación de control y puede disminuir el miedo en el infante. No sujetarlo con fuerza extrema porque eso lo puede incomodar y estresar.
- En niños menores de 12 años, se puede aplicar un analgésico tópico antes de la sesión.
- Se recomienda que los padres o uno de ellos estén presentes en la vacunación para reducir el nerviosismo en el niño.
El NHS sugiere que el día de la inmunización evite estar apurado. “No se ponga presión para llegar y salir del consultorio rápidamente”, indica. “Si usted está apurado, posiblemente se estresará, su hijo lo percibirá y sentirá ansiedad”.
- Evite vestir al niño con ropa gruesa, muy ajustada o con muchos botones. Recuerde que a la hora de la inyección uno de los brazos debe estar descubierto y que algunas vacunas se aplican en los muslos de los bebés, por lo que ropa ligera y fácil de quitar y poner es fundamental.
No solo piense en los minutos previos a la inyección, pero en los posteriores cuando el niño experimenta dolor y la prioridad es consolarlo y no ponerle varias capas de ropa.
- Pida ayuda si el que tiene miedo es usted. Es normal que como padre pueda sentir un poco de angustia por la vacunación.
“Podría preocuparle que el doctor o la enfermera lastime a su hijo. Pero trate de mantener la calma (…) Si usted está ansioso, su niño lo percibirá y se pondrá inquieto también”, indica el NHS.
“Si la inyección es aplicada rápidamente, su niño quizás ni verá la jeringa o notará lo que ha pasado. Si se pone nervioso por el hecho de ver el momento en que inyectan a su hijo, pídale a una enfermera o un asistente del centro de salud que cargue al niño por usted”.
- Para niños mayores, el NHS recomienda que los padres les expliquen a los niños que las vacunas son algo bueno.
“Use un lenguaje sencillo para preparar al niño sobre lo que pasará en el consultorio”, dice el NHS.
Los autores de las recomendaciones de la CMAJ aclaran que no hay un solo consejo en su guía que evite todo el dolor, pero la combinación de varios de ellos puede hacer la experiencia menos dolorosa.