Gaspar Dotres era un acaudalado comerciante dedicado al negocio de la seda. Casado con Antonia Guix tenían una hija, Virginia, decían apasionada por la poesía. La niña falleció el 6 de febrero de 1851 cuando contaba 15 años de edad y fue inhumada en el Cementerio General de Valencia en un nicho provisional. Algunos de los más destacados poetas valencianos se reunieron junto al nicho y ofrecieron en recuerdo de Virginia una velada poética y la edición de un sentido libro dedicado a ella, Las flores del sepulcro (1851). Una lápida para el recuerdo de Virginia se halla colocada en la iglesia de Santa María de Jesús, calle del Beato Nicolás Factor, en Patraix, en la zona donde Gaspar Dotres tuvo su fábrica de hilados.
La niña falleció el 6 de febrero de 1851 cuando contaba 15 años de edad y fue inhumada en el Cementerio General de Valencia en un nicho provisional.
Gaspar Dotres se dirigió a la Comisión del Cementerio General de Valencia solicitando un terreno para construir el mausoleo que acogiera a perpetuidad los restos mortales de su hija. Se le concedió dicho espacio en la parte posterior de la capilla, en la sección 2ª derecha.
Gaspar Dotres se dirigió a la Comisión del Cementerio General de Valencia solicitando un terreno para construir el mausoleo que acogiera a perpetuidad los restos mortales de su hija.
El Diario Mercantil de Valencia (jueves 28 de julio de 1853) ofrecía esta noticia: Se ha dado ya principio a la colocación del monumento fúnebre que el señor Dotres erige en nuestro cementerio general. Debe ser obra magnífica, si se tiene en cuenta el número considerable de cajones que hemos visto, y que encierran por piezas todo el mausoleo. Trabajado en Génova, he venido también para colocarlo un joven artista (Santo Vami) de aquel país.
La construcción del panteón fue costosa (en su ejecución y en lo económico) y, por fin, el 16 de septiembre de 1853, se produjo el traslado de los restos al nuevo mausoleo. Representa a un templo helenístico de orden dórico, elevado, que acoge un sarcófago inspirado en el modelo romano de la época imperial, con altorrelieves en sus cuatro lados. Una escalerilla permite el acceso a la cripta subterránea donde descansan los restos mortales de Virginia. Este conjunto escultórico realizado en mármol fue encargado al joven artista y traído pieza a pieza de Italia.
La construcción del panteón fue costosa (en su ejecución y en lo económico) y, por fin, el 16 de septiembre de 1853, se produjo el traslado de los restos al nuevo mausoleo.
Actualmente han desaparecido las letras de las leyendas e inscripciones que adornaban el conjunto. El panteón, rodeado por unas vallas de seguridad, se halla en proceso de restauración. Los poemas de “Las flores del sepulcro” cayeron en el olvido. Virginia permanece dormida en la memoria de mármol.
A. P. R. S. = Archivo Privado de Rafael Solaz.