La bacteria de la Legionella pneumophila libera la proteína VipD, que afecta al aparato digestivo de las células humanas impidiendo que estas la destruyan. Esta proteína podría servir como diana de futuros fármacos que impidan a la bacteria llevar a cabo la infección.
Un estudio liderado por el centro vasco de investigación en biociencias CIC bioGUNE ha descubierto que la bacteria de la legionela (Legionella pneumophila) libera una proteína, llamada VipD, que afecta al aparato digestivo de las células humanas impidiendo que estas la destruyan.
Concretamente, la proteína inhibe la maduración del endosoma, un orgánulo que hace las veces de ‘estómago’ celular. “La proteína VipD se activa al entrar en contacto con la proteína Rab5 humana, que se encuentra en la membrana del endosoma, y entonces boicotea su desarrollo“, explica Aitor Hierro, investigador de CIC bioGUNE.
Esta proteína podría servir como diana de futuros fármacos que impidan a la bacteria llevar a cabo la infección ya que se podrían desarrollar nuevos medicamentos que actúen contra esa proteína, facilitando que las células digirieran a la bacteria.
Esta proteína podría servir como diana de futuros fármacos que impidan a la bacteria llevar a cabo la infección
En este estudio, publicado recientemente en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences(PNAS), se ha determinado también la estructura molecular de la proteína VipD mediante cristalografía de rayos X. Además, se ha demostrado que se puede bloquear la unión entre ambas moléculas, lo cual impide la activación de la proteína VipD.
Hace un año, el mismo grupo de trabajo publicó un estudio en la revistaPLOS Pathogens en el que describían la estrategia que sigue esta bacteria para camuflarse en el interior de las células humanas y pasar así desapercibida.
Sobre la legionelosis
La legionelosis fue bautizada así en 1976, cuando se describió un brote de neumonía entre los participantes de una convención de la Legión Americana en Filadelfia (EE UU).
Esta patología es provocada por la bacteria Legionella pneumophila, que vive en las aguas estancadas y se transmite a través del aire. Los focos de infección más habituales son los sistemas de aguas o las torres de refrigeración de grandes edificios como hoteles, hospitales o balnearios.
La infección por este patógeno puede provocar dos enfermedades de pronóstico muy desigual. La más conocida es la enfermedad del legionario, que puede implicar neumonía y conlleva una elevada mortalidad si no se emplea un tratamiento adecuado. La otra dolencia que produce es la fiebre de Pontiac, una enfermedad mucho menos grave que cursa con episodios de fiebre alta, que dura poco tiempo y se suele curar por sí sola.
Referencia bibliográfica:
María Lucas, Andrew H. Gaspar, Chiara Pallara, Adriana Lucely Rojas, Juan Fernández-Recio, Matthias P. Machner, Aitor Hierro. ‘Structural basis for the recruitment and activation of the Legionella phospholipase VipD by the host GTPase Rab5’. PNAS, E3514–E3523, doi: 10.1073/pnas.1405391111