La AUGC aseguró que los inmigrantes encaramados en la valla orinaron sobre los agentes. Dudan sobre si la identificación y detención de los ‘agresores’ sería útil o contraproducente
“Los guardias civiles no pueden ser el muro de contención de los inmigrantes”. Esta afirmación, de los responsables de la AUGC (Asociación Unificada de Guardias Civiles) se produjo después de que durante la jornada de ayer cinco agentes resultaran heridos en nuevo asalto masivo a la valla de Melilla. Desde esta a Asociación de Guardias Civiles tienen claro que mientras que los agentes que están en la verja sean el último ‘obstáculo’ para que los subsaharianos cumplan su objetivo de entra en España, éstos continuarán utilizando la violencia, que provocó ayer que cinco agentes tuvieran que ser atendidos por heridas de diferente consideración.
Los guardias civiles venían avisándolo desde hacía meses, según recuerda la AUGC (Asociación Unificada de la Guardia Civil): la violencia está subiendo de nivel en cada encontronazo con los inmigrantes en el paso fronterizo.
De las piedras y palos ya habituales que blanden los subsaharianos cuando acometen el salto a la valla, han pasado a quemar ropa y a escupir y orinar sobre los agentes.
En un intento de atemorizarles aprovechando el pánico occidental al contagio del virus de ébola, los inmigrantes se emplean con sus fluidos corporales contra los guardias civiles al grito de “ébola”. Esta enfermedad se contagia precisamente a través de la exposición de una persona a los fluidos de un enfermo, principalmente vómitos, heces y sangre.
Los agentes siguen sintiendo que falta protección. “Mientras el inmigrante interprete que tiene que pasar al guardia civil para quedarse en España, nosotros no estamos protegidos”, recalcaron desde la AUGC.
Los responsables de la Asociación Unificada confirmaron lo que ya había dicho la Delegación del Gobierno: Los inmigrantes cada vez son más violentos. De hecho, hay que señalar que ayer uno de los subsaharianos, siempre según la versión oficial, tiró a uno de los guardias civiles que estaban subidos en la valla tratando de “convencer” a los subsaharianos de que bajaran. El agente tuvo que ser trasladado al Hospital Comarcal por un traumatismo craneoencefálico.
El miedo al ébola
Ante el primer contagio producido dentro de España, el miedo a una propagación de esta grave patología aún sin cura ha hecho mella en la sociedad, un factor que ahora utilizan los subsaharianos en su lucha cuerpo a cuerpo encaramados a las vallas fronterizas. Con esto, tratan de mantener alejados a los agentes y evitar que se abalancen para detenerlos.
El pasado miércoles, además, algunos inmigrantes también recurrieron a prender sus ropas con fuego para lanzarlas hacia los agentes, tal como se refleja en un vídeo publicado por el diario El Mundo.
La controversia entre ambos lados sigue envolviendo el último intento de salto en la frontera de Melilla. La ONG Prodein, que denunciaba este jueves a través de una grabación de imagen que uno de los guardias civiles golpeó a un subsahariano y fue devuelto ilegalmente sin que le fuera prestada atención sanitaria, ha sido contestada con el ingreso hospitalario de uno de los agentes, que asegura que fue empujado hasta caer cuando se encontraba encaramado a la valla hablando con los inmigrantes. A esto se suma el reciente vídeo que muestra el uso del fuego por parte de los subsaharianos como modo de atemorizar a las fuerzas de la seguridad.
La violenta madrugada se saldó con cinco agentes y cinco subsaharianos heridos.
El Consejo de Europa pide abrir una investigación
El Comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa, Nils Muiznieks, considera “necesario abrir una investigación para establecer responsabilidades” por “la violencia” de los agentes de la Guardia Civil española contra los inmigrantes en la valla.
“Lo ocurrido en Melilla, donde la Guardia Civil utilizó la violencia contra varios migrantes y los devolvió a Marruecos sin evaluar sus necesidades o permitirles solicitar asilo, es otro preocupante ejemplo de los fallos de España en el trato que da a los inmigrantes en los enclaves”, ha afirmado el comisario.
En un comunicado, Muiznieks recuerda a España que “cuando los migrantes llegan a un país del Consejo de Europa, las autoridades del Estado tienen el deber de examinar su situación individualmente y permitirles solicitar protección internacional”.
“Es ilegal que un Estado simplemente los devuelva. España ha fallado en el cumplimiento de sus obligaciones internacionales en esta materia y tristemente, no es la primera vez”, añade el comisario.
Según afirma, “es ahora necesario que se abra una investigación para establecer la responsabilidad de la violencia policial” y que se dicten “órdenes claras para evitar la futura reaparición de la violencia y cesen las prácticas de devolución sumaria”.
“Los flujos migratorios sin duda representan un desafío para los países europeos, pero esto no justifica las operaciones de control de fronteras que son incompatibles con los estándares de los Derechos Humanos”, concluye el representante del Consejo de Europa.