(Ginebra-ACNUR/UNHCR) La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), con el apoyo de numerosas personalidades de alto perfil, lanza hoy una campaña global para poner fin al desesperante limbo legal de la apatridia en el que viven millones de individuos en todo el mundo.
“La meta de erradicar la apatridia parece cada vez más fácil de alcanzar gracias al número creciente de países que han ratificado dos importantes tratados sobre derechos humanos de las Naciones Unidas”, explica la nota de prensa de ACNUR que anuncia la campaña.
El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, António Guterres, la Enviada Especial de ACNUR, Angelina Jolie, el Embajador de Buena Voluntad de ACNUR, Jesús Vázquez, y más de 30 celebridades y líderes de opinión mundiales han publicado hoy una Carta Abierta en la que declaran que a 60 años de la primera convención de las Naciones Unidas para proteger a las personas sin patria, “ha llegado la hora de poner fin a la apatridia”.
Hoy hay en el mundo 10 millones de personas apátridas y cada 10 minutos nace un niño apátrida. Sin una nacionalidad, frecuentemente no tienen acceso a los derechos y servicios que los países normalmente reconocen a sus ciudadanos.
Apatridia puede significar vivir sin formación, atención médica o empleo formal, sin poder moverse libremente, sin perspectivas ni esperanza. “La apatridia es inhumana. Creemos que es hora de terminar con esta injusticia”, afirma la Carta Abierta.
La aclamada actriz Angelina Jolie insistió en que ser apátridas quiere decir, tanto para los padres como para los hijos, carecer de identidad legal, pasaporte o derecho al voto y tener poca o ninguna oportunidad de recibir educación. “Poner fin a la apatridia significa rectificar estas terribles deformaciones, pero también fortalecer las sociedades de los países que hospedan a los apátridas aprovechando la energía y el talento que pueden aportar. Poner fin a esta forma de exclusión es a la vez un deber y una oportunidad para los gobiernos de todo el mundo”, recordó.
Muchas situaciones de apatridia son la consecuencia directa de discriminaciones étnicas, religiosas o de género. En la actualidad hay veintisiete países que niegan a las mujeres el derecho a transmitir la nacionalidad a sus hijos en condiciones de igualdad con los hombres, una situación que genera cadenas de apatridia capaces de atravesar generaciones. Y hay nexos fuertes entre apatridia, desplazamientos y estabilidad regional.
El lanzamiento de la campaña tiene lugar en medio de signos de cambio en la actitud internacional hacia la apatridia. Hace tres años los países que habían ratificado la Convención de la ONU sobre el Estatuto de los Apátridas de 1954 y la Convención sobre la Reducción de los Casos de Apatridia de 1961 no llegaban a 100 y hoy son ya 144, un número significativo.
Paralelamente el número creciente de casos de apatridia determinados por algunos conflictos graves implica nuevos riesgos. Las guerras en la República Centroafricana y en Siria, por ejemplo, han obligado a millones de personas a convertirse en desplazados internos o en refugiados.
Decenas de miles de niños refugiados han nacido en el exilio y ACNUR trabaja con los gobiernos de los países de acogida y con socios locales para que el registro de esos nacimientos sea una prioridad. El hecho de no tener documentos o de que los padres hayan desaparecido a raíz del conflicto es un obstáculo para demostrar la ciudadanía de estos niños.
ACNUR se ha asociado con United Colors of Benetton para la creación de la campaña ‘I Belong’ (‘Yo Pertenezco’) con el fin de atraer la atención de la opinión pública mundial hacia las repercusiones devastadoras de la apatridia. La empresa Benetton ha desarrollado el contenido creativo de la campaña y su sitio web. Tras el lanzamiento la Carta Abierta, se convertirá en una petición online dentro de la web con la que se aspira a recoger 10 millones de firmas para poner fin a la apatridia en una década.
El martes ACNUR publicó también un “Informe Especial sobre la Apatridia” que enfoca el impacto humano del fenómeno y lanzó un Plan Global de Acción para Erradicar la Apatridia en 10 puntos para resolver las principales crisis existentes y asegurar que en el futuro ningún niño nazca apátrida.
“La apatridia hace que las personas se sientan culpables del simple hecho de existir”, declaró el Alto Comisionado Guterres. “Tenemos una oportunidad histórica de terminar en 10 años con la plaga de la apatridia y devolver la esperanza a millones de personas. No podemos darnos el lujo de perderla”.
Mientras en muchos países el tema de la apatridia sigue siendo objeto de discusión política, en otros terminar con la apatridia sería tan fácil como modificar pocos renglones de la ley de ciudadanía. En la última década, gracias a cambios en las leyes o en las políticas 4 millones de apátridas han adquirido otra ciudadanía o confirmado la propia.
En 2008, por ejemplo, una sentencia de la Alta Corte de Bangladesh permitió que 300.000 apátridas de lengua urdu adquirieran la ciudadanía y dejaran atrás décadas de sufrimiento. En Costa de Marfil, donde la apatridia ha sido una de las causas de un conflicto armado que dura más de 10 años, la reforma de ley que entró en vigor en 2013 reconoció la ciudadanía a los desplazados más antiguos. En Kirguistán, desde 2009 más de 65.000 ciudadanos de la ex Unión Soviética han adquirido o confirmado la ciudadanía de la nueva república.
Este año se cumple el 60° aniversario de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Estatuto de los Apátridas de 1954, que junto con la Convención sobre la Reducción de los Casos de Apatridia de 1961 constituyen el fundamento legal para poner punto final a la apatridia.
La apatridia se puede resolver si existe voluntad política. Y a diferencia de tantos otros problemas que enfrentan los gobiernos actuales, se puede resolver en un futuro muy cercano. A día de hoy la Convención de 1954 ha sido ratificada por 83 países y la de 1961 por 61 países.
VLCNoticias|Redacción