La sexta partida del mundial de ajedrez que se disputa en Sochi (Rusia) y que enfrenta al campeón mundial el joven noruego de años Magnus Carlsen y el aspirante y ex-campeón mundial el indio Vishy Anand ha terminado en la jugada 38 con el triunfo del noruego.
Al igual que en la 4ª partida Anand planteó la defensa siciliana, eludiendo el Ruy López que le había ocasionado una trágica y dolorosa derrota en la 2ª partida.
En esta ocasión el laberinto siciliano condujo a la variante Paulsen, que lleva el nombre del gran jugador alemán de la segunda mitad del siglo XIX Louis Paulsen, portentoso maestro que brilló también en el juego a ciegas.
En la apertura, Carlsen volvió a jugar sin ambición, y tras un prematuro cambio de damas, se alcanzó un medio juego en el que el noruego con peor formación de peones tenía un juego más activo, además de contar con la pareja de alfiles. La importante partida sexta, con estos presupuestos, estaba planteada para ambos bandos: el noruego dispuesto a acosar lentamente a Anand, y el indio presto a sostener una férrea defensa para llegar a finales donde su estructura de peones pudiera declinar el juego a su favor.
La partida da un giro inesperado cuando Carlsen comete un error de bulto en la jugada 26 al omitir un lance táctico por el que perdía un peón; de forma incomprensible Anand, que tenía tiempo suficiente no advierte el lance (26…Ce5!, ver diagrama), y pierde una oportunidad única de ganar esta sexta partida y ponerse delante en el match.
En la jugada 32 los módulos de análisis proponen un sacrificio de calidad por parte de Anand, que el indio no efectuó (la idea era en todo caso, “poco humana”), y entró en un final perdido, aunque su posición era ya muy inferior.
Anand firmó la rendición en la jugada 38. Terminada la primera parte del match el resultado es 3,5 a 2,5 a favor del noruego.
El apunte del Apruzzese
Hace ya tiempo que observamos que el nombre con el se conoce universalmente las aperturas carece de rigor desde el punto de vista de la documentación histórica. A menudo el nombre ha hecho fortuna por la mera propuesta de un autor reputado en su época.
Es justo lo que ocurre con la defensa siciliana. Algunos autores atribuyen el planteo a Pietro Carrera y efectivamente la defensa viene en su tratado de 1617. Carrera, que era sacerdote, había nacido en Militello, Sicilia. Pero la apertura ya aparece en un tratado anterior, de un autor con el que Carrera sostendría una tensa polémica. Nos referimos a Alessandro Salvio, y a su libro publicado en 1604. Pero la primacía es aún discutible. Antes que ellos, Giulio Cesare Polerio en un manuscrito conservado en la Biblioteca Nacional de Francia y fechado en 1594 incluye lo que parece ser la primera descripción de esta apertura. Salvio nació en Nápoles y Polerio en Lanciano, no eran por tanto sicilianos.
Dado que los 3 tratadistas son italianos, igual convendría llamar a la salida Defensa Italiana, pero el nombre ya jalona un conocido planteo, ahora en desuso. Pero aquí surge otro problema, que evidencia lo que decíamos más arriba: La llamada Apertura Italiana aparece por primera en el conocido como manuscrito Göttingen, de origen español, y datado a principios del siglo XVI. El error, siempre acechante en el tablero bicolor, como hemos visto en esta sexta partida, se ha instalado también en la denominación de los planteos.
VLCNoticias|Redacción